Brasilia celebra medio siglo de vida


Trabajadores limpian los vitrales de la Catedral de Brasilia, edificio representativo de la ciudad diseñada por Oscar Niemeyer y que fue inaugurada hace 50 años. FOTO LA HORA: AFP EVARISTO SA

A los 102 años, el arquitecto Oscar Niemeyer habla de Brasilia, su hija pródiga, con el cariño de un padre, pero se dice «triste» por las «disparidades sociales» de la capital que festejará el 21 de abril sus 50 años. En entrevista con asegura además que le gustarí­a ver algunos de sus recientes dibujos transformados en concreto armado.


Oscar Niemeyer, arquitecto brasileño, observa una maqueta de Brasilia a finales de la década de los cincuenta. FOTO LA HORA: AFP DISTRITO FEDERAL

Con las festividades del cincuentenario de Brasilia tocando a la puerta, Niemeyer, el arquitecto más famoso de Brasil, recibe tantos pedidos de entrevista como de nuevos proyectos, y debido a que se recupera de un problema en una vértebra, responde a las preguntas de los periodistas por e-mail, explica su esposa, Vera.

Por la misma razón, y por su temor a volar -que es casi tan conocido como su ideologí­a comunista-, no asistirá en persona a los festejos previstos para el próximo miércoles.

«No puedo ir en auto a ningún lugar tan distante», dice Niemeyer, quien reside en el barrio de Copacabana, en Rio de Janeiro, a 1.400 km de distancia de la capital federal, erigida en el medio de la nada en 1960.

«Voy a acompañar las conmemoraciones por los medios de comunicación con el mayor interés», admitió.

Brasilia representa «un momento importante de prolongación y búsqueda renovada de la arquitectura más libre y creativa que vengo defendiendo desde mis trabajos que componen el complejo de Pampulha, en Belo Horizonte», explicó.

Pero del proyecto original, «bien pensado», a la actualidad, «Brasilia cambió mucho», considera Niemeyer.

«Las ciudades satélite, por ejemplo, se expandieron demasiado, aproximándose bastante del Plan Piloto», los lí­mites del proyecto original de la ciudad, caracterizada por grandes espacios libres, explanadas y construcciones de lí­neas simples y concisas.

Sin embargo, sus crí­ticas mayores no pasan por los cambios de fisionomí­a de una ciudad que crece.

«Las profundas disparidades sociales que la nueva capital presenta me dejan muy triste», confesó.

«Es evidente que comprendo los problemas que derivan de una metrópolis que crece y representa infelizmente el régimen capitalista, con todos sus vicios e injusticias», añadió.

Niemeyer, que sigue diseñando en su estudio de Copacabana, dice que le gustarí­a poder concretar un estadio de fútbol que proyectó «hace muy poco tiempo y que presenta una forma bastante sorprendente».

Entre sus proyectos en marcha, el centenario arquitecto conocido por sus obras de formas curvas y sinuosas como el cuerpo de la mujer, según define, destacó «la torre digital para Brasilia, y la Universidad Latinoamericana en Foz de Iguazú», un proyecto que apunta a recibir estudiantes de la región y a darles una formación completa y abarcativa como la que pregona Niemeyer.

Fuera de Brasil, el arquitecto resalta «el Puerto de la Música en Rosario, Argentina, y sobre todo el centro cultural de Avilés, en España».

Para las festividades por el cumpleaños de Brasilia, dos de los edificios emblemáticos de la capital diseñados por Niemeyer (el presidencial Palacio do Planalto y la Catedral metropolitana) fueron cerrados para las primeras obras de reacondicionamiento en medio siglo.

La Plaza de los Tres Poderes (situada en el enorme espacio entre el palacio presidencial, la sede del Congreso y la suprema corte) también fue prácticamente reconstuida siguiendo fielmente el proyecto original de Niemeyer.

El arquitecto afirma, sin embargo, que no tiene proyectos «predilectos»: todos «fueron elaborados con todo entusiasmo y cariño», resume con sencillez.