Bayern Múnich, inmerso en plena polémica alrededor de Franck Ribéry y su posible implicación en un caso de proxenetismo, y el Lyon abren el miércoles su duelo de semifinales de la Liga de Campeones, con el objetivo de encarrilar el pase hacia la final de Madrid.
En las últimas horas, la preparación del equipo bávaro se ha visto marcada por el interés mediático sobre Ribéry, que habría admitido en una declaración como testigo haber mantenido relaciones sexuales con una prostituta, pero sin saber que era menor de edad.
La hinchada bávara espera que la tormenta no afecte a su dupla ofensiva «Robbery» (Arjen Robben Ribéry), que se ha mostrado de gran eficacia cuando ambos jugadores han coincidido sobre el césped.
«Está claro que este asunto es un problema», admitió el director deportivo del equipo, Christian Nerlinger. «Pero el club tiene que concentrarse en la competición deportiva y Franck también», añadió.
El Bayern parte como gran favorito para acceder a la final, después de superar los cuartos por primera vez desde 2001, año en el que superó al Valencia en la final de Milán y terminó proclamándose campeón.
Para proteger a Ribéry, el club cambió los planes previstos y sustituyó al francés en la rueda de prensa de la víspera del encuentro, a la que vez que dio instrucciones a sus jugadores para que no respondieran a preguntas sobre esa cuestión.
«El jefe de prensa del Bayern dijo que no habláramos del caso. Franck se entrenó muy bien, está muy contento por jugar esta semifinal, es todo lo que puedo decir», señaló el holandés Mark Van Bommel.
En el entrenamiento del martes, cualquier gesto de «Kaiser Frank», recuperado de su contractura muscular, era seguido de cerca por decenas de fotógrafos, periodistas y equipos de televisión del mundo entero.
Pero su entrenador Louis Van Gaal, que el lunes y el martes estuvo en Holanda por la muerte de su suegra, cree que su jugador es capaz de soportar la presión y firmar un gran partido.
«Â¿Si sufre por esta situación? No lo sé, pero no tengo esa impresión. Creo que está más preocupado por el Lyon», comentó el lunes.
El líder de la Bundesliga está inmerso en el apasionante reto de conquistar el «triplete» (Liga-Liga de Campeones-Copa del Rey). Para el choque con el Lyon no podrá contar con los suspendidos Mark Van Bommel y Holger Badstuber.
Frente a ellos estará el Lyon, que también se ha visto salpicado por el caso de proxenetismo que investiga la justicia francesa, ya que Sidney Govou también declaró como testigo, aunque el peso del jugador en el Olympique no parece tan determinante como el de Ribéry en el conjunto muniqués.
La actualidad alrededor del Lyon en las últimas horas se ha visto condicionada por el largo desplazamiento en autobús, con parada en Stuttgart, ante la imposibilidad de volar por el caos aéreo en Europa tras la nube de cenizas producida por un volcán islandés.
«Es un equipo que tiene puntos fuertes y puntos débiles. Hay que analizar bien las cosas. Hay que estudiar bien al Bayern, pero con un viaje de diez horas en autobús, tendremos tiempo para hablar de ello», señaló el brasileño Cris.
El Lyon, una de las grandes sorpresas de la actual edición de la Champions, alcanzó por primera vez las semifinales del torneo, tras diez años jugando la principal competición europea.
Cuando el dúo formado por el holandés Arjen Robben y el francés Franck Ribéry coincide, el Bayern Múnich, que el miércoles se mide al Lyon en la Liga de Campeones, cuenta en el ataque con un arma letal, bautizada por la prensa como «Robbery».
Ese duelo ante los franceses en la ida de semifinales del principal torneo europeo llega en un momento especialmente delicado para Ribéry, del que se conoció en los últimos días que podría estar implicado en un caso de proxenetismo, por haber mantenido relaciones con una prostituta menor de edad.
En once encuentros de la Bundesliga uno junto al otro, Robben y Ribéry sólo han perdido con el Bayern una vez y han sumado un empate y nueve victorias, la última el sábado con un impresionante 7-0 sobre el Hannover en el campeonato nacional.
En la Liga de Campeones, la Fiorentina en octavos y sobre todo el Manchester United en cuartos guardan un mal recuerdo de su eficacia.
El técnico de los «Red Devils», el veterano Alex Ferguson, había acusado al conjunto muniqués de ser demasiado dependiente de sus estrellas, pero su equipo fue eliminado precisamente por una genialidad de Robben, que remató un saque de esquina de Ribéry sin dejar caer la pelota, con una volea desde 30 metros.
El holandés y el francés no han podido jugar muchos partidos juntos por las lesiones de uno y otro, pero cuando están bien, son casi una garantía de gol, acumulando 17 dianas en la Bundesliga y la Champions.
En su primer duelo en el mismo equipo, a finales de agosto, apenas unas horas después de que Robben llegara desde el Real Madrid por 25 millones de euros, el Bayern ya pudo golear (3-0) al vigente campeón alemán, el Wolfsburgo.
«Nos gusta correr a los dos con el balón e intentar cosas, es un gran placer jugar juntos», celebró Ribéry, apodado en Múnich como «Kaiser Franck».
Con Ribéry en el lado izquierdo y Robben en el derecho, el Bayern domina la Bundesliga y ha conseguido superar los cuartos de la Champions por primera vez desde 2001, cuando el equipo terminó ganando al Valencia en la final de Milán y levantando el «trofeo de las orejas».
«Cuando veo que Robben y Ribéry juegan, ya no me preocupo. Es un dúo de clase mundial que puede marcar diferencias ante cualquier adversario», subrayó el directivo del Bayern Uli Hoeness.
El reto de conquistar el «triplete» (Bundesliga-Copa-Liga de Campeones) podría ser el último del arma «Robbery», sobre todo por los insistentes rumores que apuntan a una salida de Ribéry hacia el fútbol español, posiblemente al Real Madrid.
Tras haberle desaconsejado ir al club madrileño, Robben, nuevo ídolo en el Allianz Arena, espera que su compañero francés, salpicado en un escándalo de prostitución de menores, esté concentrado en el choque frente al Lyon, para encarrilar la eliminatoria antes del partido decisivo en el estadio Gerland.