En los próximos años seremos testigos de acontecimientos e inventos realmente sorprendentes, no se necesita ser un mago Yin para saberlo. Si ya podemos asombrarnos con los aspectos tecnológicos, es de esperar muchas otras maravillas más… que nos dejarán boquiabiertos.
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Un ejemplo es el dispositivo para scanear de libros, que en un solo minuto, podrá digitalizar 200 páginas de cualquier libro, sin que las mismas salgan curveadas. Esto es producto de una investigación de la universidad de Tokyo y forma parte de un trabajo que pronto se podrá masificar a costos relativamente bajos. Esto va a reducir el trabajo del scaneo de las bibliotecas del mundo entero y poder colocarlos en la RED, sin que los libros sufran por desmembramiento de sus hojas. Hace algunos días, en esta columna, comenté que el gigante de la WEB Google ya lo está haciendo con costosos equipos que pueden alcanzar hasta los 100 mil dólares, que logran digitalizar bibliotecas enteras en poco tiempo. Pero existe un producto llamado BookSnap -una tecnología todavía poco práctica- que vale 1.600 dólares. Esto permitirá que muchas entidades del Tercer Mundo lo adquieran, más aún cuando baje de precio, y ésta utilidad sea aplicada al campo de las bibliotecas públicas. Poco a poco, los libros irán a parar a la RED, como lo pronosticó literariamente Borges, en ese exquisito cuento escrito en los años cuarenta del siglo XX. No estará muy lejos el momento que usted, con un pequeño dispositivo, posiblemente incorporado a su teléfono celular, sólo lo coloque al frente de un libro y en pocos segundos lo pueda trasladar a un lugar remoto. Quién podría imaginar, por ejemplo, que en las ediciones electrónicas de los diarios más importantes del mundo, las noticias se actualicen cada quince minutos y se presenten videos que documenten la acción, como si fueran tele noticieros. O que pudiéramos transmitirle mensajitos de texto instantáneos, que leerán en el acto los locutores de las radio estaciones… o poder ver los partidos de futbol en la pantalla de nuestra computadora, mientras estarán ocurriendo en Sudáfrica y sin dejar de trabajar en lo que estamos, en ese momento. El hecho es que lo multimedia ha llegado para quedarse y en un futuro próximo, estaremos virtualmente interconectados, las 24 horas, en un proceso y flujo constante de información. Ese fenómeno lo llaman WB 2.0, un término que se asocia indefectiblemente con Tim O»Reilly, cuando en 2004, lanzó su conferencia sobre el tema de la WEB dándole este término que se popularizó muy rápidamente. El concepto no es que haya cambiado el software, sino las aplicaciones que los propios usuarios le han dado, como las redes sociales. Por ejemplo, yo tenía 30 años de no saludar a una amiga peruana, junto a quien asistí a un curso en Ecuador, en CIESPAL. Cuando ella vio mi nombre en Facebook me puso un mensaje y en cosa de segundos, sin costo alguno, nos reencontramos -en línea- para recordar gratas experiencias de juventud. Esa interconexión que hoy disfrutamos, será muchísimo más rica, más fácil y mejor apreciada en un futuro cercano. José Martín-Barbero lo dijo hace ya varios años: el libro se descentró como elemento fundamental de la conservación y propagación de la cultura, hoy lo es la computadora o el ordenador, y si está asociado a un instrumento tan potente como la WWW (más su futuro perfeccionamiento) no podemos ni imaginar la cantidad de cosas nuevas y maravillas que veremos en los próximos años. Estamos apenas a casi la mitad del año para culminar la primera década del siglo XXI y ya podemos anticipar centenares de productos tecnológicos, asociados a la comunicación, que nos dejarán sorprendidos. ¿Cuántas cosas veremos?