La Comisión Europea propondrá mañana reducir de aquí a 2012 la emisión de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos nuevos a un nivel de 120 gramos/km, ofreciendo a los constructores automotores un menor recorte en los motores a cambio de medidas complementarias.
En el marco de su lucha contra el cambio climático, la Comisión sugerirá imponer un límite de emisión de 130 gramos/km para los motores, mientras que los 10 gramos restantes surgirán de medidas que abarcan los neumáticos, la utilización de aire condicionado, los indicadores de cambio de velocidad y un mayor recurso a los biocarburantes, según fuentes europeas.
La propuesta, que aún debe ser aprobada en la reunión del colegio de comisarios del miércoles, fue objeto de un compromiso entre dos posturas enfrentadas en el seno de la Comisión.
Si bien el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, quería inicialmente que los 120 gramos abarcasen únicamente al motor, el interés de su homólogo de Industria, Gunter Verheugen, de proteger la competitividad del sector automotor europeo dio lugar al acuerdo que se presentará el miércoles.
Estos tironeos responden en parte a la controversia surgida en los últimos tiempos especialmente en Alemania, donde los propietarios de Daimler-Chrysler, BMW, Volkswagen, Opel y Ford Alemania advirtieron sobre el riesgo de pérdidas de empleo en la producción de vehículos de gran cilindrada, los más contaminantes.
En 1998-1999, los constructores europeos, japoneses y coreanos se habían comprometido a que sus vehículos particulares emitieran una media no superior a 140 gramos de CO2 hacia 2008-09, es decir, un consumo de 5,25 litros de gasoil o 5,8 litros de gasolina cada 100 km.
Pero en 2005, la media de emisiones -más importantes para un auto deportivo o un todoterreno que para un vehículo pequeño- se situaba en 162 gramos de CO2 por kilómetro.
Según un estudio publicado a fines de octubre pasado por una ONG, la Federación Europea para el Transporte y el Medio Ambiente, «sólo cinco de las 20 principales marcas comercializadas en Europa (Fiat, Citroen, Renault, Ford y Peugeot)» alcanzarán el objetivo de los 140 gramos de media para su flota en 2008.
De su lado, la Asociación de Contructores Automotores Europeos (ACEA) rechaza la responsabilidad de este fracaso.
A su entender, el retraso se debe a «una fuerte demanda de parte de los clientes de vehículos más grandes y más seguros y una recepción decepcionante de los consumidores de los modelos más económicos en carburante».
Pero, en realidad, las emisiones del transporte rutero aumentaron 30% desde 1990 y representan más de un cuarto de las emisiones de CO2 de la UE, la mitad de ellas correspondientes a vehículos particulares.
«Esto cuestiona los progresos obtenidos muy difícilmente en los otros sectores para respetar los objetivos de la UE en el marco del protocolo de Kyoto», señaló al respecto Jos Delbeke, a cargo del área de cambio climático en la Comisión.
En el marco de Kyoto, la UE debe reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero en 8% con respecto a 1990.
La Comisión propone que los países desarrollados se fijen un objetivo de 30% para 2020, siempre comparado con las emisiones de 1990.