El huracán Beatriz fustigó hoy con lluvias torrenciales y ventarrones los balnearios playeros de México en el Pacífico, donde inundó calles y obligó a turistas a resguardarse en sus hoteles.
MANZANILLO / Agencia AP
Las autoridades cerraron los puertos turísticos de Acapulco, Manzanillo y Zihuatanejo e instaron a los dueños de los hoteles que avisaran a los turistas que no salieran a las playas. Un turista fue herido ayer por la caída de un árbol en Acapulco.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos indicó que Beatriz se fortaleció la madrugada de hoy y que sus vientos alcanzaron los 130 kph (80 mph) mientras su vórtice se desplazaba cerca o sobre la costa de México. Según los pronósticos, el meteoro se alejará de la costa para la noche de hoy.
El gobierno mexicano emitió una alerta de huracán para las regiones cercanas al puerto balneario de Manzanillo. Otras advertencias fueron emitidas desde el balneario de Zihuatanejo y hacia el noroeste hasta Cabo Corrientes. También se emitieron alertas para otras regiones costeras de estados del sur.
La mañana de hoy, Beatriz se ubicaba a 90 kilómetros (55 millas) al sur-sureste de Cabo Corrientes mientras avanzaba hacia el noroeste a 22 kph (14 mph).
Según los pronósticos, Beatriz dejará entre 15 y 30 centímetros (seis a 12 pulgadas) de lluvia en toda la costa sudoccidental de México, lo que podrían generar algunas inundaciones repentinas peligrosas y deslizamientos de lodo.
También se prevén inundaciones en las costas y fuerte oleaje en las zonas de advertencia de huracán.
Una lluvia ligera caía en Manzanillo la noche del lunes, pero los habitantes del lugar continuaron con sus tareas habituales, esperaban autobuses y se desplazaban a sus centros de trabajo.
Se calculaba que el vórtice de la tormenta pasaría a una distancia de 60 kilómetros (37 millas) del balneario el martes.
Las autoridades de Manzanillo cerraron el puerto a embarcaciones menores. Más hacia al sur, en la costa de Zihuatanejo, autoridades de protección civil ordenaron al puerto cerrar completamente y abrir cinco albergues en caso de inundaciones y avalanchas de lodo.
«Hay mucho viento», dijo Carmen López, una turista mexicana de 40 años que visitaba Manzanillo con 15 familiares de Guadalajara. «No sé, tengo miedo… (parece que) nos quedaremos en el hotel por las vacaciones.»
Una familia de Concord, California, llegó el lunes a Manzanillo con motivo de vacaciones, pero no estaba preocupada por el huracán inminente. «Mucha gente está diciendo que no es cierto», dijo Sandra Esquivias, de 15 años.
En la costa de Zihuatanejo, el hotel Las Olas recomendó a sus huéspedes que permanecieran en sus habitaciones si era posible, dijo la recepcionista Dulce Miranda.