Aunque su relación comenzó en 2007, los rumores de ruptura han planeado sobre la pareja durante mucho tiempo.
El Sunday Mirror se hace eco de la noticia y asegura que sus diferencias ya son irreconciliables: «Justin realmente creía que ella era la definitiva, y Jessica pensaba lo mismo».
Ambos han puesto todas sus ganas en intentar remediar la ruptura pero el tiempo ha actuado en su contra: «aunque han trabajado mucho no han conseguido remediarlo, pero mantienen la amistad».
El motivo principal es el exceso de trabajo: «estaban increíblemente ocupados». Una fuente cercana a la pareja asegura que: «era mejor separarse si las cosas no iban encaminadas hacia el matrimonio y los hijos».