Israel cada vez más aislado


Personal de seguridad de Israel realiza un patrullaje a lo largo de la Franja de Gaza. FOTO LA HORA: AFP DAVID BUIMOVITCH

El primer ministro israelí­ Benjamin Netanyahu canceló, a último momento, su participación en la cumbre sobre seguridad nuclear que esta semana se celebra en Washington, en un gesto que ilustra el creciente aislamiento internacional del Estado hebreo.


En el año que lleva en el poder, el jefe de la derecha israelí­ tuvo que capear crisis diplomáticas a repetición, en un marco de bloqueo total de las negociaciones de paz con los palestinos.

Las fricciones se multiplicaron con Egipto y Jordania, únicos paí­ses árabes que firmaron la paz con Israel, y las relaciones se degradaron con Turquí­a, considerada durante mucho tiempo como un aliado estratégico, tras la última guerra de Gaza y la humillación sufrida por el embajador turco en Israel.

También surgieron desacuerdos con muchos paí­ses europeos, y en particular con los escandinavos.

Pero el enfriamiento de las relaciones con Estados Unidos, que nada indica sea pasajero, plantea la situación más preocupante para los dirigentes israelí­es.

La recepción brindada por el presidente Barack Obama a Netanyahu el mes pasado en Washington -sin declaraciones conjuntas a la prensa ni sesión de fotografí­as- refleja la profundidad de la crisis, sin precedentes en las últimas décadas.

Los dos gobernantes, que parecen tener poco empatí­a, no consiguieron ponerse de acuerdo en nada, y en particular en el tema de la continuación de la colonización judí­a en Jerusalén Este, defendida por Netanyahu.

El ambiente llegó a degradarse tanto que David Axelrod, uno de los principales asesores de Obama, tuvo que aclarar que Netanyahu no habí­a sufrido ninguna «afrenta» durante su visita a Washington.

Los analistas israelí­es apuntan que el aislamiento del Estado hebreo está relacionado con situaciones previas a la llegada de Netanyahu al poder.

La imagen de Israel resultó particularmente dañada por la operación «Plomo endurecido», lanzada a fines de diciembre de 2008 contra la franja de Gaza por el gobierno del primer ministro centrista Ehud Olmert.

El balance de esa operación de tres semanas (1.400 palestinos muertos, entre ellos centenares de civiles, y enormes daños materiales), destacado en el informe Goldstone de la ONU, colocaron a Israel en el banquillo de los acusados.

Desde entonces, los palestinos suspendieron las negociaciones y las relaciones entre Israel y Turquí­a se deterioraron.

«La guerra de Gaza le ofreció a Turquí­a un pretexto para criticar a Israel, en un momento en que se acerca a Siria e Irán por la negativa de la Unión Europea a aceptarla como nuevo miembro», sostiene el politólogo Gerald Steinberg, del Centro de Estudios Estratégicos Begin-Sadat, con sede en Tel-Aviv.

La elección de Obama marcó además un vuelco en la simbiosis de posiciones que existí­a entre los predecesores de Netanyahu con el gobierno de George Bush, en guerra contra el «eje del mal».

Obama se muestra más determinado que Bush en sus crí­ticas a la polí­tica de colonización de los territorios ocupados.

Numerosos responsables civiles y militares estadounidenses estiman que la polí­tica de Netanyahu estorba las tentativas de acercamiento de Obama al mundo árabe y musulmán.

Un investigador de la Universidad de Tel-Aviv, Mark Heller, apunta que la polí­tica de Netanyahu es similar a la de sus predecesores, pero que las complicaciones se deben en parte al jefe de su diplomacia, el ultranacionalista Avigdor Lieberman, poco apreciado en las capitales occidentales.

«Los actuales dirigentes israelí­es no saben usar un lenguaje diplomático que haga menos amargo el trago» de varias iniciativas, afirma Heller.

La imagen de Israel resultó particularmente dañada por la operación «Plomo endurecido», lanzada a fines de diciembre de 2008 contra la Franja de Gaza por el gobierno del primer ministro centrista Ehud Olmert.