Historias del salvaje Oeste


Carmelo Anthony, de los Denver Nuggets, y Pau Gasol, de los Lakers de Los íngeles, en uno de los partidos con más rivalidad este año en la NBA. FOTO LA HORA: AFP Doug Pensinger

Repasemos las historias de la Conferencia Oeste que rondaban durante la noche inaugural de la temporada: Los Lakers eran indomables, el Thunder todaví­a estaba a un par de temporadas de llegar a los playoffs y la adquisición de temporada baja de los Spurs era Richard Jefferson.


Luego, estaban los Trail Blazers — el equipo con más probabilidades de dar el siguiente paso.

Ver a Portland en acción esta temporada ha sido como mirar en un caleidoscopio. Si das vuelta uno de los ejes, las imágenes y los dibujos seguirán cambiando. Los Trail Blazers comenzaron la temporada como el fornido equipo que terminó la temporada 2008-09 con una gran racha, a pesar de la derrota en la primera ronda ante un astuto equipo de Houston.

Luego los cuerpos comenzaron a caer.

Los Blazers ya estaban sin su fenómeno en el lateral, Nicolas Batum. A principios de diciembre, la temporada de Greg Oden finalizó antes de tiempo, el mismo dí­a que los Trail Blazers también perdieron a su súper reserva, Rudy Fernández, por un perí­odo prolongado. Un par de semanas más tarde, Joel Przybilla se perdí­a la temporada tras una lesión en un tendón de la rodilla derecha.

Habitantes de Multnomah County, conozcan a su nuevo centro: El jugador de 36 años, Juwan Howard.

Mientras que las rotaciones eran trasladadas a la sala de emergencias, algo extraño sucedió.

En el primer partido de la temporada de Howard como titular, Portland entró en el AT & T Center en la segunda noche de partidos consecutivos sin Brandon Roy (debido a molestias en el hombro), y venció a los Spurs por 98-94. Howard registró una sorprendente marca de plus-22, mientras que Jerryd Bayless, quien abrió en lugar de Roy, anotó un récord de carrera de 31 puntos.

«Fue un buen momento para nosotros», dijo Bayless. «Creo que fuimos capaces de demostrarles a todos que cuando tenemos la oportunidad somos capaces de jugar en esta liga».

La alienación sin tamaño y sin Roy de los Trail Blazers comenzó a acumular algunas victorias significativas: Denver, Lakers, Orlando, en Dallas, en Utah. Los novatos, Dante Cunningham y Jeff Pendergraph, contribuyeron con minutos importantes en el frente, aprovechando cada posesión.

El alero pequeño de Portland, Martell Webster, le dio crédito al entrenador en jefe de los Trail Blazers, Nate McMillan, por mantener una mano firme en la ofensiva.

«Más que nada, fuimos consistentes con el hecho de hacer jugar a todos de la misma manera», dijo Webster. «Hicimos algunos retoques aquí­ y allá, sólo basándonos en los enfrentamientos dí­a a dí­a y en cómo querí­amos que funcionara nuestro esquema defensivo, pero aparte de eso hemos sido bastante coherentes en nuestro enfoque con respecto al juego».

Batum hizo su debut de temporada el 25 de enero, mientras que Roy volvió el 16 de febrero, el dí­a que el centro, Marcus Camby, llegó de los Clippers. Camby no se puso el uniforme para ese juego, pero sí­ se lo puso para la lamentable derrota en casa de Portland el 19 de febrero ante Boston.

Después de que Camby se hizo cargo de su rol en la pintura para los Blazers, la alineación titular del equipo se asemeja una vez más a un tradicional equipo de la NBA: Un verdadero lí­der en la base, con Andre Miller, un escolta grande puro, con Roy, un alero pequeño que juega de tres y en la defensiva, con Batum y dos grandotes larguiruchos, con LaMarcus Aldridge y Camby. Con una banca fortificada compuesta por Webster, Bayless, un saludable Fernández, Howard y los dos novatos, la profundidad ha pasado de ser una preocupación a una fortaleza para Portland.

«Entrando en la postemporada, quieres que sea así­», dijo McMillan. «Para todo el mundo — los jugadores y los entrenadores — es importante tener el plantel de tal manera que puedan construir la quí­mica y conocer el juego de los demás en ambos extremos de la cancha».

Aunque otros equipos en el Oeste se han sometido a regí­menes menos ortodoxos, la ofensiva de Portland se nutre de un enfoque tradicional. Tal como están constituidos en este momento, los Trail Blazers son capaces de superar tanto fí­sica como mentalmente a sus oponentes en la mitad de la cancha. Se inicia en el lado izquierdo con Roy en el codo y Aldridge en el bloque. Si ellos quieren arrancar temprano con un enfrentamiento que no los favorece, arman la pantalla arriba para Roy. La filosofí­a general es la paciencia: Considera todas las opciones. Lee la defensiva y reacciona. Una buena oportunidad se materializará. Puede que sea emitida por el lado débil ya que Roy y/o Aldridge han estirado las rotaciones defensivas. Si las marcas se mantienen firmes en Aldridge y Roy, pueden actuar de manera brutal sobre las marcas uno-a-uno. Si el intento de lanzamiento no entra en el aro, van contra la zona vidriada en la ofensiva.

En la noche del miércoles, los Trail Blazers hicieron todo lo anterior en la victoria por 93-85 ante Los Angeles Clippers en el Staples Center. Roy y Aldridge combinaron para sumar 50 puntos, y Portland compiló un promedio de rebotes ofensivos de 29.7 — mejor que su promedio de 28.4, que le valió el cuarto lugar en la NBA.

Pero sobre todo, el restablecimiento del orden en Portland le da más flexibilidad a Roy para maniobrar en la media cancha.

«Ofensivamente, soy capaz llevar adelante las pantallas y hacer más jugadas sin el balón», dijo Roy, pero no sin una advertencia: «No sé si es mejor, pero es algo a lo que estoy tratando de adaptarme y estoy intentando mejorar».

Con Roy, la tensión entre el control y la deferencia sigue siendo un problema, aunque es uno del que está bien al tanto.

«Cuando perdemos, pienso, «vamos, deberí­a haber tenido el balón más tiempo»», dijo Roy. «Pero cuando ganamos, estoy totalmente de acuerdo con el esquema de juego. Sólo estamos tratando de encontrar ese equilibrio en el que pueda tener el balón, pero no demasiado».

Desde la horrible derrota ante los Celtics, los Trail Blazers han ganado 16 de 21 partidos. Puede que no sean el equipo desfavorecido que «nadie quiere enfrentar». Pero han resistido una temporada tumultuosa y han salido adelante con una cicatriz que les podrí­a ser útil durante una agotadora serie de siete juegos, la serie de primera ronda.