El Comité para la Protección de los Periodistas criticó en su informe anual difundido este lunes el «autoritarismo» de varios presidentes de izquierda latinoamericanos en un año 2006 en el que cinco periodistas fueron asesinados en la región a causa de su trabajo.
En un informe que vuelve a describir a México, Cuba y Colombia como lugares de altísimo riesgo para los periodistas, el CPJ (por sus siglas en inglés), alerta que los dirigentes de izquierda latinoamericanos están «profundamente enraizados en la cultura del autoritarismo».
Carlos Lauria, autor del capítulo sobre Latinoamérica, concluye, tras citar a «analistas políticos y periodísticos locales», que esos líderes, entre los que se cita particularmente al boliviano Evo Morales, al venezolano Hugo Chávez o al argentino Néstor Kirchner, comparten la «intolerancia con la prensa crítica».
«Bolivia y Venezuela son los ejemplos más claros de confrontación entre izquierdistas y la prensa», agrega.
Chávez y Morales han atacado «a los medios privados acusándolos de alinearse con fuerzas antigubernamentales».
El CPJ crítica el uso partidista de los medios públicos venezolanos y que Chávez «haga uso de los beneficios de la venta del petróleo» para extender su influencia en la región prometiendo financiar, por ejemplo, una docena de emisoras de radio en Bolivia.
En el país andino, sostiene el CPJ, «Morales fue contundente al afirmar que la radio y la televisión públicas eran las armas de su gobierno para corregir lo que veía como distorsiones de los medios privados».
Morales había afirmado en septiembre que «el mayor enemigo del gobierno es la prensa» y publicó una lista de los medios más hostiles ofreciendo los nombres y las afiliaciones de los opositores más duros en televisión, en radio y en los diarios.
El informe es crítico asimismo con Argentina, donde el gobierno es acusado de manipular «la distribución de la publicidad estatal, una fuente vital de ingresos para todos los medios del país, para castigar a los medios críticos y recompensar a los que apoyan sus políticas».
En Brasil, las relaciones entre la prensa y el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva se deterioraron a raíz de la cobertura de la corrupción de altas esferas políticas.
Aunque tras la reelección de Lula en octubre los dirigentes del Partido de los Trabajadores reiteraron su compromiso con la libertad de prensa, el CPJ explica que en los festejos por la victoria podían leerse pancartas afirmando que «el pueblo ha derrotado a la prensa» y que se insultó a los periodistas.
Todo ello ha contribuido a agravar el problema de la autocensura, principalmente en aquellos lugares, como Colombia y el norte de México, donde el conflicto civil y el narcotráfico hacen que los periodistas paguen sus osadías con la vida.
De los 55 periodistas muertos en el mundo en 2006 a causa del ejercicio de su profesión, dos fueron asesinados en México (Roberto Marcos García y Bradley Will), dos en Colombia (Gustavo Rojas Gabalo y Atilano Segundo Pérez Barrios) y otro en Venezuela (Jorge Aguirre).
El CPJ trata de determinar además si la muerte de otros nueve (cinco en México y uno en Venezuela, Ecuador, Colombia y Guatemala) está asociada a su trabajo.