China registró en marzo un déficit comercial de 7.200 millones de dólares, el primero de su balanza comercial desde hace seis años, pero prevé que esta situación dure poco tiempo, según las autoridades aduaneras locales citadas hoy por la agencia China Nueva.

Es el primer déficit comercial intermensual desde abril de 2004, precisó la agencia.
Las exportaciones chinas de marzo de 2010 alcanzaron los 112.100 millones de dólares, o sea un alza de 24,3% respecto al mismo mes del año anterior, mientras que las importaciones subían un 66% con relación a marzo de 2009, hasta los 119.300 millones de dólares.
China registró un excedente comercial de 7.610 millones de dólares en febrero, un mes que confirmó la reanudación del crecimiento de sus exportaciones.
El ministro de Comercio chino, Chen Deming, ya había advertido que China, cuya economía depende mucho de sus exportaciones, podía registrar un déficit comercial en marzo.
Predijo entonces que se trataría de un fenómeno de corta duración, según declaraciones publicadas el viernes por Nueva China.
De todos modos el ministro había estimado que el país podría tardar hasta tres años en recuperar el nivel de exportaciones anterior a la crisis financiera.
«La calma no va a durar», confirma Mark Williams, economista experto en China. «El excedente chino reaparecerá pronto. De hecho el excedente que más cuenta políticamente, el relacionado con Estados Unidos, se encuentra de nuevo en alza y no está lejos de un nivel récord», añadió.
La publicación de estas cifras cae en momentos en que Washington presiona a Pekín para que permita la revaluación de su moneda, el yuan, por estimar que su infravaloración respecto al dólar desde mediados de 2008, que también denuncia el Fondo Monetario Internacional (FMI), favorece las exportaciones chinas.
Pero China defiende su política monetaria, que considera necesaria para la supervivencia de su industria y el crecimiento del empleo.
El déficit comercial «va a servir de prueba y de argumento a quienes se oponen a una revaluación de la moneda china y que apoyan que los flujos comerciales se ajustan independientemente de las tasas cambiarias», estima Brian Jackson, analista del Royal Bank of Canada.
Pero, según él, China podría aceptar la revaluación del yuan «no tanto para mitigar la presión internacional, sino porque le interesa a nivel interno para afrontar las presiones inflacionarias».
Los analistas de Morgan Stanley ya habían pronosticado el déficit de marzo y también cuentan con que sea un fenómeno «temporal».
Según Jackson, el déficit se debe a que las exportaciones chinas tienen tendencia a disminuir al comienzo del año tras haber progresado en el trimestre anterior, debido a la demanda estadounidense.
Las exportaciones, vitales para la economía china, sufrieron un duro golpe con la crisis financiera internacional, lo que obligó a Pekín a prestar atención a su demanda interna.
Pero como la economía china sufrió una desaceleración menor que las demás grandes potencias, gracias a un vasto plan de reactivación, el país vio como sus importaciones crecían más rápido que las exportaciones.
Pese a la crisis, la tercera economía mundial creció 8,7% en 2009 y 10,7% en el cuarto trimestre de ese año.