Escape de Musa Qala


Protesta. Unos manifestantes muestran su rechazo por la intervención de la OTAN en tierras afganas.

El enfrentamiento entre las autoridades afganas, apoyadas por la OTAN, y los talibanes, que se apoderaron el viernes de Musa Qala, la capital de un distrito del sur de Afganistán, continuaba hoy, desencadenando el éxodo de los aterrorizados habitantes.


Una tensa situación se observaba hoy en Musa Qala, donde los habitantes temí­an una operación de la OTAN y daban cuenta de diferencias entre los talibanes que el viernes se apoderaron de la ciudad.

Cientos de familias huyeron de esta ciudad de la provincia de Helmand desde que el viernes fue ocupada por un número indeterminado de talibanes.

Según la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, la situación «parecí­a calma» el lunes en Musa Qala, donde los jefes tribales «no estaban en peligro».

La ISAF efectuó un ataque contra el lí­der talibán que tomó Musa Qala, el molá Abdul Ghafur.

Los talibanes atrincherados en esta localidad aparentemente están divididos en dos clanes rivales, el de los Hassanzai del molá Ghafur y el de los Pirzo del comandante Tur Jan, según los habitantes y las autoridades locales.

Los jefes tribales de Musa Qala habí­an organizado una reunión el sábado para pedir a los dos jefes rivales que dejaran de pelearse entre ellos, según un ex policí­a de la ciudad.

Al dí­a siguiente, el molá Gharfur y algunos de sus lugartenientes murieron en un ataque de la OTAN.

Un portavoz de los talibanes afirmó luego que éstos estaban dispuestos a «devolver el distrito a los jefes tribales» si se les daban garantí­as sobre su seguridad.

El consejo de los ancianos dirigí­a el distrito donde está Musa Qala después de un polémico acuerdo con el gobernador provincial y las tropas británicas.

La policí­a, la única fuerza de seguridad según este acuerdo, fue desarmada por los talibanes, según autoridades locales.

Los talibanes y las tropas británicas se acusan mutuamente de haber violado el acuerdo que, según la ISAF, establecí­a la retirada de ambas parte de una zona alrededor de la localidad de Musa Qala para poner fin a las violencias.

La estrategia de la ISAF para enfrentar la insurrección podrí­a ser modificada con la llegada del general estadounidense Dan McNeil, que el domingo sucedió al británico David Richards.

Los norteamericanos habí­an expresado sus reservas sobre el acuerdo de Musa Qala, también criticado por polí­ticos afganos que acusaban a los jefes tribales de Musa Qala de apoyar el movimiento de los talibanes.

El general McNeill, que dirigió la coalición en Afganistán en 2002-2003, debe cumplir una delicada misión de nueve meses en momentos en que la insurrección de los talibanes puede intensificarse con la llegada de la primavera (boreal). Durante el invierno, las actividades insurreccionales disminuyen en este paí­s de montañas.

El territorio de Musa Qala, de unos 120 km de largo y de unos 30 km de ancho en el norte de la provincia de Helmand, está en el centro de un zona productora de opio en Afganistán cuyo tráfico sirve para financiar la insurrección, según los expertos.