La corrida bajo la lupa


Una corrida de toros, espectáculo caracterí­stico de España. FOTO LA HORA: AFP ANNE-CHRISTINE POUJOULAT

La corrida de toros se ve estos dí­as atacada de manera inédita en Madrid, donde la Fiesta taurina es una institución y donde sus numerosos defensores, empezando por el rey Juan Carlos, se muestran unos grandes apasionados de la Fiesta.


Algo nunca visto en la capital española: a finales de marzo, miles de personas, ecologistas y defensores de los animales, desfilaron hasta la céntrica plaza de la Puerta del Sol para pedir la abolición de las corridas.

Dí­as antes, una asociación de defensa de los animales, El Refugio, habí­a lanzado una petición con la intención de juntar 50.000 firmas y presentarla al Parlamento para que acepte debatir sobre la prohibición de las corridas.

Se inspiraba en una iniciativa similar de Cataluña, próspera región del noreste del paí­s, donde tuvieron lugar en marzo en el parlamento regional diversas comparecencias sobre la posible prohibición de las corridas.

Temiendo un contagio, el gobierno conservador de la región de Madrid anunció su intención de declarar la tauromaquia como patrimonio cultural, desatando la cólera de los antitaurinos.

«Hay quién se empeña ahora mismo en la Comunidad de Madrid, en el gobierno de la Comunidad de Madrid en decirnos que las corridas de toros son un bien de interés cultural cuando hay cientos y cientos de miles de madrileños que estamos en contra de las corridas de toros», declaró a la AFP Nacho Paunero, presidente de El Refugio.

El objetivo de las manifestaciones es «demostrar el rechazo social» a la medida, declaró a AFP Mireya Barbeto, portavoz del Partido Antitaurino (Pacma), asistente a la manifestación organizada a finales de marzo.

«Creo que no es ético divertirse con algo que implica la sangre, la muerte y el sufrimiento de un animal», subrayó Marta Esteban, portavoz de la Fundación de ayuda a los animales.

«En Madrid, más de 70% de la población rechaza estos actos de barbarie y tortura, una vergí¼enza nacional», según Mireya Barbeto.

Pero estos militantes van contra algo sagrado, en una ciudad en la que la gran plaza de toros de Las Ventas permanece abierta de marzo a octubre y por la que desfilan los mejores matadores del momento, con su gran momento en mayo, durante las fiestas de San Isidro.

En medio de esta tormenta, el rey Juan Carlos, gran amante de las corridas, no dudó en manifestar su apoyo.

Y, según Luis ílvarez, célebre representante de toreros, la corrida tiene un buen futuro por delante.

«Es un espectáculo legal, y por lo tanto no se pueden permitir estos ataques. Yo creo que son intentos de maniobra para tratar de hacer daño a la Fiesta, pero va a ser muy difí­cil», afirmó a la AFP.

Según sostuvo, los militantes antitaurinos son más numerosos que antes porque «están mejor organizados».

Además «las pelí­culas de animación, como las de Disney, están haciendo creer a los niños que el animal es igual que ellos y eso ha perjudicado mucho», explicó.

«Muchos estudios muestran que el toro de lidia no sufre durante la lidia», afirmó ílvarez, quien sostuvo que los defensores de las corridas también se están organizando.