Aumentan ví­ctimas por lluvia


Rescatistas cargan el cuerpo de una ví­ctima del deslave en Niteroi, Rí­o de Janeiro. FOTO LA HORA: AFP EVARISTO SA

El deslizamiento de lodo que ayer arrasó decenas de viviendas en Niteroi, ciudad aledaña a Rí­o de Janeiro, llevó a 153 el número de muertos por las lluvias en la región, saldo que podrí­a aumentar ya que los bomberos estiman en más de 200 las personas sepultadas bajo tierra.


Un enorme deslave prácticamente destruyó la favela de Morro do Bumba, en la periferia de Niteroi, donde bomberos recuperaron durante la noche seis cuerpos sin vida y rescataron a 25 heridos de entre los escombros, informaron hoy las autoridades.

El jefe de bomberos de esa localidad, Pedro Machado, estimó que más de 200 personas habrí­an quedado sepultadas bajo el lodo y afirmó que el personal de rescate trabaja arduamente en busca de sobrevivientes.

«Según el testimonio de los vecinos, unas 200 personas podrí­an estar bajo los escombros, pero es impreciso, quizás sean más», dijo Machado.

Este nuevo drama eleva al menos a 153 el número de muertos en el estado de Rí­o de Janeiro tras las lluvias torrenciales registradas el lunes y martes pasado, que provocaron inundaciones y deslaves.

La ciudad de Niteroi ha sido la más afectada con 85 muertos, en tanto que 48 fallecidos se registraron en la ciudad de Rí­o de Janeiro.

De acuerdo a las previsiones, las lluvias continuarán toda la semana en la región, aunque en menor intensidad después del peor temporal de los últimos 44 años en el estado de Rí­o de Janeiro.

El secretario de Servicios Públicos de Niteroi, José Mocarzel, dijo a la prensa que «no sabemos aún el número de ví­ctimas. Fue una tragedia enorme» el deslave que afectó a la favela de Morro do Bumba.

Según un periodista, gran parte de una colina se derrumbó y devastó un sector de unos 700 metros de longitud, donde arrasó con todo lo que encontró a su paso: unas 50 viviendas, una guarderí­a infantil y una pizzerí­a.

Los bomberos estiman que existen pocas oportunidades de encontrar sobrevivientes bajo la catarata de lodo que sepultó la zona.

Según Mocarzel, la favela de Morro do Bumba fue construida hace 25 años sobre un depósito de basura que se cubrió con tierra, lo que la hace particularmente vulnerable a los deslizamientos de lodo tras las lluvias.

Sabrina Carvalho de Jesus, de 26 años, quien trabaja en un hospital, logró escapar al deslizamiento de tierra debido a que huyó de su casa luego de escuchar un ruido muy fuerte que llegaba desde la cima de la colina. Pero su abuelo, su madre y su hijo de seis años se encuentran bajo los escombros.

«Sinceramente, no tengo esperanzas. Es demasiada tierra. Y doce horas bajo tierra, es demasiado» tiempo, dijo Sabrina mientras un bombero intentaba consolarla.

El alcalde de Niteroi, José Roberto Silveira, decretó el estado de calamidad pública en la ciudad. Por lo menos ocho bomberos resultaron con heridas leves en las operaciones de búsqueda.

El número de evacuados en todo el Estado de Rí­o de Janeiro alcanza a 14.000 personas, según datos oficiales. Las autoridades instaron a la población más vulnerable a dejar sus hogares, en peligro de derrumbe.

Hoy se cumple el segundo dí­a de luto decretado por el gobernador Sergio Cabral, quien junto al alcalde de Rí­o de Janeiro, Eduardo Paes, hicieron un pedido de ayuda de urgencia al gobierno federal, de 208 millones de dólares para obras que permitan fijar las laderas de los cerros.

Paes indicó que, a mediano plazo, hasta 2 mil familias que viven en «favelas» en la ciudad de Rí­o podrí­an ser trasladadas a otras zonas, para evitar que continúen en riesgo en caso de anomalí­as climáticas. El funcionario no precisó sin embargo en dónde serí­an reubicadas.

Rí­o de Janeiro, que será sede de los Juegos Olí­mpicos de 2016, cuenta con unas 1.000 favelas, muchas de ellas instaladas en zonas expuestas a las inclemencias del tiempo. En esas áreas ocurrieron la mayorí­a de los decesos por causa del temporal.