Pese a que el presidente ílvaro Colom prometió -antes de la toma de posesión- que ocho meses serían suficientes para observar un cambio positivo en materia de seguridad, los indicadores de violencia muestran un notable incremento desde el 2007 a la fecha.
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«Como lo dije públicamente, me va a llevar cuatro meses para que la población perciba que hay un cambio fundamental en el tema de seguridad, y ocho meses para que se den cuenta que cambió la situación en el tema de seguridad. Me gustaría que fuera en diez días, pero sería mentir»; así surgió una de las promesas más importantes que el presidente ílvaro Colom no ha conseguido cumplir pasados más de dos años de su gobierno.
En la edición de La Hora, 7 de enero de 2008, se publicó una entrevista en la que el recién electo presidente aseguraba: «Yo no espero una luna de miel muy larga, si es muy larga, quiere decir que no estamos haciendo cambios. Son cambios naturales, no son cambios traumáticos».
«En todos los temas, pero particularmente en seguridad, pretendemos rescatar la confianza del pueblo en el sistema de Gobierno, cumpliendo, no diciendo», añadió.
Para asegurar aquello, Colom presentó durante su campaña presidencial un plan de Gobierno del que destacó el «Plan de los 100 días» para combatir la violencia, con el cual el ahora mandatario se comprometía a disminuir los niveles de inseguridad en el país.
«Creo que estratégicamente, este plan será fundamental para ir cumpliendo con el Plan de la Esperanza», aseguró el gobernante.
Sin embargo, desde esa fecha a la actualidad, los indicadores de violencia muestran un notable incremento en el número de muertes violentas y ataques armados.
Calificado como el año más violento, el 2009 cerró con cifras de muertes sumamente elevadas, en comparación con 2007 y 2008, ya que según datos de la Policía Nacional Civil el año pasado fueron asesinadas 6 mil 451 personas.
La promesa incumplida del Presidente y el creciente índice de violencia no son más que el resultado de la falta de efectividad y conocimientos en el equipo de trabajo de seguridad que trabaja para el Gobierno, coinciden analistas.
Plazos
Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo, (GAM), indicó que «son ya muchos los plazos que el Presidente ha otorgado para dar fin a la ola de violencia», pues esto sucede cada vez que se nombra a un nuevo ministro de Gobernación.
Además, indica que a su parecer no existe capacidad, o no hay interés, de parte del Gobierno para dar seguridad a la población, pues hasta el momento las políticas de seguridad que se han pretendido implementar han fracasado.
«En seguridad este Gobierno ha reprobado, ya no vale la pena esperar que se cumpla alguno de los plazos, porque no se ha hecho nada hasta ahora», señaló el entrevistado.
Polanco también señala que al momento del ofrecimiento de los 100 días no se realizó un proceso serio y sólido para entender la situación del país, y ahora se evidencia la intención que se tenía de ganar las elecciones, «por eso se ofreció solucionar el problema, por ello se ofreció algo que no se tenía la intención de hacer», señala el representante del GAM.
Sin capacidad
Al respecto, Vitalino Similox, del Concejo Ecuménico de Guatemala, indicó que evidentemente este ofrecimiento no se cumplió debido a que el plan de seguridad no se elaboró de manera efectiva, en vista de que no se consideró el nivel de impunidad y la debilidad en las instituciones oficiales de seguridad ciudadana para su formulación.
Por ello, el religioso considera que ese compromiso se realizó de manera «irresponsable» y con intenciones «electoreras», pues señala que seguramente «ellos mismos no estaban claros ni seguros de que eso fuera posible». Según Similox, el incumplimiento de la promesa presidencial decepcionó en buena medida a la población, ya que ésta votó a la Unidad Nacional de la Esperanza -el partido oficial-, para elegir el combate a la violencia «con inteligencia».
«Los guatemaltecos mostraron señales de querer un freno a la inseguridad de manera pacífica y sin más confrontación», aseveró.
Por su parte, el analista ílvaro Pop refirió que el ofrecimiento «más bien era una aspiración» muy difícil de cumplir y que esto quedó demostrado con la falta de personal capaz para desarrollar una propuesta sólida sobre el tema de seguridad.
También se demuestra, dice el analista, que los planes de Gobierno que se anunciaron en campaña no son los mismos que se ejecutan en el ejercicio del poder, por lo que era indispensable que al momento de tomar posesión, el Presidente «puliera y revisara» los ofrecimientos.
Limpios
El mandatario indicó, en la entrevista de 2008, que para lograr cumplir con el Plan de los 100 días era vital no estar «contaminados».
«No vamos contaminados con ninguna mafia y ninguna gente corrupta o narcotráfico, lo que nos da la libertad de acción. Aplicaremos el plan de seguridad que ya está listo, y que ha cambiado un poco de forma pero no de fondo, luego del proceso de transición», dijo.
Además Colom aseguró que la ciudadanía «debe estar tranquila que ese Plan de Seguridad Integral lo vamos a poner a funcionar con todo el esfuerzo y toda la voluntad política para que cumpla con la justicia».
Al respecto, Similox indicó que «era previsible que el tema de la violencia se iba a recrudecer debido a la inoperancia del sistema de justicia y del Ministerio Público, la corrupción enraizada en la Policía Nacional Civil, (PNC), los jueces sin independencia y autonomía, al poder del narcotráfico y el crimen organizado».
Por lo que asegura «que fue una irresponsabilidad de quienes vendieron y difundieron algo que la población necesitaba y que lamentablemente no fue posible y no será posible si no entendemos la verdadera complejidad del problema y que no es por arte de magia o milagro que se va a resolver».
El secretario de Comunicación Social, Ronaldo Robles, no opinó sobre este tema, debido a que no respondió los llamados a su teléfono.
Un cambio de actitud
Para Similox, la situación mejorará en base a una nueva cultura, «casi diría yo, una nueva generación, pues nosotros ya hemos absorbido durante los últimos 30 años violencia y criminalidad».
Además, el religioso asegura que se deben retomar los valores morales y espirituales en donde todos los ciudadanos participen, pues indica que las iglesias no deben enseñar sólo doctrina y los medios de comunicación no deben comercializar con el crimen.
Es fundamental, según Similox, que el Gobierno afronte de lleno la problemática de seguridad, y no utilice el tema como parte de una campaña de propaganda o una promesa para conseguir electores.
Por su parte, Pop señala que se necesita de ayuda internacional -como la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala- para la desarticulación de bandas de narcotráfico y crimen organizado y para procurar el desarrollo, pues estos combates no pueden ser exclusivos de la policía, y eso debe ser considerado por el Gobierno.