¿Qué pasaría si todos los usuarios del transporte municipal público, decidieran hacer caso omiso de él  y optar por hacer uso de una alternativa diferente, como por ejemplo viajar en transporte privado? Un caso similar aconteció hace muchísimos años, tal vez no tantos, en EE.UU., cuando las camionetas se negaban a transportar a negros en los autobuses. Existía un letrero que decía: «Negros atrás, blancos adelante».  Hubo una determinación conjunta de parte de los negros, en no subirse a los buses y caminaron a pie. La pérdida económica en el transporte, obligó a los dueños a quitar el letrero y desde entonces abordan la misma camioneta hombro con hombro, sin importar raza, color o religión. Si la ciudad, que es soberana desde que nos emancipamos de España, -sin contar a Castresana- se niega hacer uso del negocio de dos empresarios particulares como son Presidente y Alcalde, pueden hacer recapacitar a esta sociedad hecha por ambos. Pero, para lograr la unidad en contra de los opresores, lo primero es perder el miedo, ya lo que viene es pan comido. El talón de Aquiles de la alcaldía, siempre ha sido el transporte.