La FIFA anunció el lunes que el vicepresidente Jack Warner renunció a su cargo y que la investigación en su contra por sobornos ha sido cerrada.
Warner y el presidente de la federación asiática Mohamed bin Hammam fueron suspendidos por la FIFA el mes pasado en medio del peor escándalo de corrupción en la historia de la organización. Los dos fueron acusados de ofrecer 40.000 dólares en efectivo a votantes caribeños durante la fallida campaña de Hammam para reemplazar al presidente de la FIFA Joseph Blatter.
La renuncia de Warner muy probablemente frenará sus prometidas revelaciones contra la FIFA, luego de ser acusado de sobornos el 25 de mayo.
Su decisión además podría ayudar a preservar su carrera política en su natal Trinidad y Tobago, donde es ministro del gobierno. La policía trinidense dijo que le solicitaría a la FIFA evidencias de delito.
Warner renunció además como presidente de la CONCACAF, la asociación de fútbol que representa a Norte y Centroamérica y el Caribe.
«El Comité Ejecutivo de la FIFA, el Presidente de la FIFA y la administración de la FIFA agradecen al señor Warner los servicios prestados al fútbol internacional, caribeño y de la CONCACAF durante los muchos años que ha dedicado a este deporte, tanto en el ámbito internacional como regional, y le transmiten asimismo los mejores deseos para el futuro», dice una declaración de la FIFA al respecto.
FIFA dice que, como Warner decidió renunciar, «se han cerrado todos los procedimientos abiertos por el Comité de Etica y se mantiene su presunción de inocencia».
La organización dijo que bajo las leyes suizas no tiene jurisdicción alguna sobre alguien que deja la FIFA, pero subrayó que si esa persona regresa al fútbol, la investigación será reabierta automáticamente.
Warner, de 68 años, dijo en una declaración que renuncia «para evitar a la FIFA, la CONCACAF y en particular la CFU (Unión de Fútbol del Caribe) y sus miembros cualquier acritud y divisiones futuras a causa de éste y otros asuntos relacionados».
Warner se pasó 28 años como miembro del comité ejecutivo de la FIFA. La renuncia se produjo días después de que colaboradores en la CFU fuesen entrevistados por ex agentes del FBI contratados por la FIFA para investigar el escándalo.
Warner y Bin Hammam fueron acusados de arreglar los pagos en un hotel en Puerto España durante la visita de campaña del dirigente qatarí el 10 de mayo.
Warner fue elegido sin oposición para otro término de cuatro años al frente de la Coincacaf en el congreso de la organización el 3 de mayo en Miami.
Bin Hammam no asistió a ese congreso, argumentando que tuvo problemas de visa para ingresar a Estados Unidos, pese a que tiene pasaporte diplomático.
Seguidamente, los miembros caribeños de la Concacaf fueron convocados a una conferencia de dos días en Trinidad para reunirse con el rival electoral de Blatter.
Sin embargo, los delegados de Bahamas decidieron alertar al estadounidense Chuck Blazer, segundo de Warner en la Concacaf, quien comisionó la preparación de un paquete de evidencia para presentarlo a la FIFA.
El expediente incluyó declaraciones de funcionarios de federaciones de fútbol de Bermuda, las Islas Caimán y las islas Turcos y Caicos, que decidieron rechazar el dinero. Puerto Rico y Surinam acordaron más tarde devolver sus pagos de 40.000 dólares a medida en que aumentaron las presiones en el escándalo. Oros miembros de la CFU dijeron que no se habían violado reglas de corrupción de la FIFA en Trinidad.
Bin Hammam se retiró de la elección horas antes de que se reuniese el panel de ética, que lo suspendió provisionalmente tres días antes de la votación. El presidente de la federación asiática enfrenta ahora una pesquisa plena, que se espera para el mes próximo. La FIFA está investigando además a dos funcionarios de la CFU.