¿Qué admira un demócrata en una democracia, el sistema democrático o los resultantes que el sistema produce?
Año 1992, Caracas, el buen colega Gyula Barí§i, sabio, reflexivo, profundo, formado en Moscú, en los debates acompañados de un Topkaji, señalaba con asombrosa precisión: el tema checheno es un tema complejo de larga duración que involucra territorio, religión, etnia, cultura, lenguaje. Añádale en estos momentos, la importancia geopolítica y la pobreza que golpean a esta importante región del mundo que alcanza un 58% de desempleo, por otro lado la instrumentalización de los grupos terroristas que se aprovechan de la desesperación y la impotencia.
El efecto dominó se esparció por la región lo que ha provocado una radicalización religiosa que se evidencio en los recientes y lamentables atentados contra civiles de Moscú. Para tener un panorama completo habrá que ver ambos lados de la moneda y precisar que estamos en presencia de un conflicto complejo y de larga duración, como bien diría mi buen amigo y compadre húngaro Gyula Barí§i.
A lo largo de mi experiencia abordando el tema del terrorismo he podido constatar que el mismo se alimenta de impotencia, pobreza y radicalización y que se resume en acciones desesperadas por encontrar una lógica que explique el porqué del conflicto, razones que pretenden alimentarse del odio y la intolerancia, razones que conducen a «tareas» bajo la óptica de que se realiza un bien.
En el Cáucaso se hablan más de un centenar de lenguas y dialectos distintos, una de las zonas del mundo con la más variada composición étnica milenaria, adicionalmente presenta una visión cosmogónica mosaico de más de siete religiones. Allí sobreviven los georgianos, chechenos, abjasios, ingusetios, circasianos, ávaros o lezguinos, armenios, rusos, cosacos, kurdos, osetios, griegos, turcos, azeríes, cumucos, karachais y balkarios entre otros más.
Para entender de mejor manera lo que acontece en estos momentos en el Cáucaso, habrá que considerar un análisis separado de su historia marcada por el conflicto, la rusificación imperial del siglo XIX, el periodo de entre guerras, la disolución de la Unión Soviética y la radicalización o islamización del conflicto (término que reconozco no es del todo de mi agrado pero que algunos analistas suelen citar).
Cierto es que la desesperación y la sed de venganza de las dos jóvenes chechenas ponen en evidencia una vez más ante la opinión pública mundial la difícil y tensa situación que atraviesa el Cáucaso.
Por un lado la política de seguridad tendrá que ser revisada, esta situación habrá de generar una lamentable escalada y polarización que veremos recrudecer próximamente; por otro lado, la inversión social y reconstrucción económica que incluye planes vinculados al fomento de la industria local y la generación de empleo habrán de ser otras de las tareas ingentes a ejecutarse. Finalmente, y no por ello menos importante, la generación de alianzas estratégicas que incluyan en el dialogo a la Comunidad Internacional que conduzca paulatinamente al establecimiento de un clima que propicie la negociación y la resolución de eventuales conflictos, primordialmente de autonomía y de definición de fronteras, milenario problema. Espero que acaso esto sea suficiente para frenar el progresivo deterioro de la paz en esta importante zona del mundo. Dejo el análisis geopolítico y las repercusiones económicas para otra entrega. Actuar con rapidez y moderación es importante para evitar más viudas negras y víctimas inocentes en ambos lados.