Dalila Gaitán Lara
Universidad de San Carlos de Guatemala
Cuilapa es la cabecera del departamento de Santa Rosa. Antiguamente se le conoció como Cuajiniquilapa. Como datos históricos puede anotarse que entre los años de 1768 a 1770, el arzobispo doctor don Pedro Cortés y Larraz recorrió su diócesis. En su «Descripción Geográfico-Moral» describe la visita a la entonces parroquia de Los Esclavos, la cual se componía del pueblo de Cuajiniquilapa (hoy Cuilapa), Los Esclavos, Jumay (en la actualidad Jumaytepeque) y Mataquescuintla.



Mencionó que en el pueblo de Cuajiniquilapa habían 117 familias con 800 personas y que
de los cuatro pueblos mencionados, Los Esclavos y Cuajiniquilapa eran de ladinos y los otros dos de indios. Los indígenas que habitaron este territorio fueron los Xincas, lo que consta en fuentes documentales coloniales. Para el siglo XIX, George Alexander Thompson, en su narración de una visita oficial a Guatemala viniendo de México en el año de 1825, refiere que en el mes de mayo de ese año, procedente de El Salvador, llegó a Cuajiniquilapa, apuntando que «En ese pueblo los hombres usan unos calzones blancos y cortos, con el aditamento de una especie de bolsa que cuelga por detrás hasta más abajo de las corvas, como si fuese un capirote puesto en un par de calzoncillos».
Otro viajero que describió el lugar fue el Cónsul General de los Países Bajos en Centroamérica, Jacobo Haefkens, quien llegó al país en octubre de 1826. En marzo del siguiente año realizó un viaje a El Salvador y escribió sobre la actual Cuilapa «Es grande y está situado en un hermoso valle. Unos bananales y cañaverales en las laderas de las montañas circundantes aportan no poco a lo pintoresco de su ubicación».
Actualmente, la cabecera municipal es de corte moderno pero conserva ciertas tradiciones que reflejan la identidad de sus habitantes. En lo religioso, la cabecera es considerada parroquia extraurbana de la arquidiócesis de Guatemala. La fiesta titular es
El Niño Dios, el 25 de diciembre, en que se celebra el día principal cuando la Iglesia conmemora el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Unas de las tradiciones que se conservan son las religiosas entre las que alcanzan mayor realce las procesiones de la Semana Santa, finalizando el sábado de Gloria con la quema de Judas.
¿Quien fue Judas?
Judas fue uno de los apóstoles de Jesucristo y es conocido en la historia por haberlo traicionado indicándoles su identidad a los soldados romanos con un beso en el huerto de Getsemaní. A cambio recibió treinta monedas de plata.
Se le responsabiliza por la muerte de Jesús en la cruz. Posteriormente, perseguido por el remordimiento, se suicidó. Por excelencia es el símbolo de la traición y personifica la maldad.
La tradición cristiana convirtió a judas en enemigo y el pueblo ha dirigido siempre su ira contra él, por eso en nuestro idioma la palabra «judas» es sinónima de traidor y se emplea como insulto. Expresiones populares como «el beso de Judas», «Sos un judas», «cuídense del judas», etc. Se pronuncian en muchas partes para indicar «traición».
Descripción del acontecimiento
El sábado de Gloria con la quema de Judas se pone punto final al dolor y seriedad que acompaña a la Semana Santa. Se devuelve al pueblo el regocijo profano mediante un baile popular, o celebrando una fiesta donde se ofrece comida y bebida a los asistentes. Para ello se recolecta dinero o alimentos que luego se comparten.
El personaje de Judas es un muñeco confeccionado con ropa vieja rellena de paja, hojas, tusas, palos y ramas. Este se elabora y se exhibe los días previos al sábado de Gloria, a veces se le cuelga en postes públicos y árboles, siempre en lugares visibles. El sábado se le saca en procesión en un recorrido por las calles de los barrios y pueblos, deteniéndose en las esquinas para bailar, y en algunos lugares, se lee ¨el testamento. También lo hace frente a negocios, especialmente de licores donde le dan «limosna» para la fiesta posterior a su quema. Es frecuente que es en estas paradas obligadas le quemen cohetillos. El cortejo se hace acompañar por un grupo musical que ameniza los bailes, así como de un grupo de jóvenes enmascarados que divierten al público sacándolo a bailar. Niños y adultos se van integrando al grupo, a veces recolectando alimentos o dinero. Al finalizar el recorrido, se enjuicia y se le condena a la ahorca o a la hoguera. Antes de ejecutarlo, se procede a la lectura de su testamento, el cual es una crítica jocosa, con frecuencia en verso, y que alude a las autoridades y a los vicios de la sociedad.
Al finalizar la quema se sirven alimentos o se realizan bailes populares en sitios públicos. Las celebraciones se hacen en los barrios, las asociaciones de vecinos, los bares y los restaurantes que patrocinan con dinero, comida y pólvora.
Con la muerte de Judas se da inicio a un nuevo ciclo religioso.
La quema de Judas en Cuilapa
La quema de judas en Cuilapa, ha sido una tradición desde tiempos inmemoriales. Actualmente está a cargo de la Familia barrera, quienes tienen aproximadamente diez años de realizarla. Viven en el barrio las Delicias y se dedican a la mecánica, utilizando el taller para confeccionar al personaje que cada año presenta variaciones físicas y temáticas. En 2009, el tema fue ¨Cambio una llanta nueva por una vieja, ¨ oración que tiene doble sentido y se indicó que siempre se busca algo que ¨haga reír y que dé lugar a que ¨la imaginación, ruede…¨
Algunos familiares comenzaron con esta tradición y participan miembros de todas las edades, así como amigos y vecinos. La confección de Judas lleva cinco días y previo al sábado de gloria se sube a un poste o lugar visible donde algunos le dejan limosna. Utilizan palos, papel y tusas para armar el muñeco al que visten con ropa que regalan los vecinos o que se adquiere en las «pacas». Los materiales deben ser livianos para que no pese mucho ya que el recorrido que se hace es muy largo, aproximadamente de cuatro horas. El cargador y bailador del Judas es Adolfo Castillo, vecino oriundo de Sanarate quien ¨por tradición¨, tiene quince años de venir a Cuilapa.
El cortejo sale de la casa donde se elaboró el muñeco a las diez de la mañana y recorre todas las calles y barrios acompañado por un conjunto musical contratado para el efecto. La música que se toca son ¨corridos norteños¨ que invitan a bailar y alegran a quienes participan.
Los lugares que son ¨pasos obligados para bailar a judas son las cantinas, bares y negocios donde siempre se espera y recibe al personaje. Las mujeres bailan con los enmascarados quienes también aprovechan para descansar e ingerir algunas bebidas. Las personas que por tradición acompañan en este recorrido a Judas, provienen de diferentes barrios, colonias y caseríos (El Pinito, La Perla, El Reducto). Algunas mujeres fueron esposas de hombres que antiguamente confeccionaron o bailaron a Judas y se hacen acompañar por sus hijos. Es importante la participación de jóvenes en este evento pues, los mayores piensan que así no se terminara esta tradición familiar.
Una de las creencias que tiene la gente es que debe hacerse una promesa de cumplir siete años consecutivos para acompañar o para bailar con el Muñeco, de lo contrario puede ¨caer un castigo¨ divino. Otra, es que no cualquier persona debe bailar a Judas pues podría morir, cosa que algunos pasan por alto, especialmente si están bajo efectos del alcohol.
Finalizado el desfile, aproximadamente a las dos de la tarde, el Judas regresa a la sede de donde salió. Ahí lo esperan algunas personas que no hicieron el recorrido y queman bastante pólvora a su llegada. Seguidamente, el muñeco se coloca en un lugar especial donde será celebrado un juicio para sentenciarlo. El dueño de la casa, quien está disfrazado, se sube a un lugar donde todos le escuchen para leer el ¨testamento¨ que ha sido elaborado entre varios participantes y que cada año cambia en su contenido.
Se explica las disposiciones de los bienes que heredarán los vecinos del lugar, sacos, zapatos, corbatas, calzoncillos, palanganas, mesas, medicinas, mascaras y otros. Se hace alusión a los mentirosos, chismosos, ladrones, feos, tramposos, orgullosos, etc. A quienes se dirige el testamento.¨ Estas indirectas pronunciadas, ¨son cosas que se oyen, que se dicen en el barrio y aunque casi nunca se hacen alusiones personales, se prefiere usar los ¨apodos o apelativos¨ de las personas a quienes van dirigidas estas sentencias.
Finalmente, se acuesta a Judas, se le rocía con aceite o gasolina, se le coloca una ametralladora de cohetillos y se le prende fuego. Mientras se está quemando, el grupo musical toca ¨Las golondrinas¨. Luego los organizadores ingresan a su casa acompañados de músicos, bailadores y personas invitadas y comparten un almuerzo y el dinero recaudado.