Señor Presidente ílvaro Colom
Señor Ministro de Gobernación
Señor Director de la Policía Nacional de Guatemala:
El sábado 6 del presente mes me dirigía a México cuando en el tramo carretero comprendido entre El Asintal y Coatepeque, a eso de media tarde sufrí un intento de atraco, un carro café o marrón con vidrios no polarizados de aspecto viejo, con dos tipos a bordo se dio a la tarea de querer tirarme a la cuneta del lado derecho, yo venía conduciendo mi coche con placas mexicanas. Se me pegaba del lado izquierdo como que me quería rebasar, pero su intención era hacerme a la derecha, no me rebasaba, finalmente dejé un pequeño espacio entre el coche de adelante y me decidí a rebasar rápidamente, el coche éste me perseguía y no me dejaba, se pegaba totalmente atrás de mi, para mi fortuna mi carro ayudó a que corriera a más de 140 en los tramos que podía hacerlo, sentía mis brazos dormidos, pero a la vez estaba segura de lo que hacía, corrí, y corrí, por fin llegué a Tecún Umán, al bajarme de mi carro temblaba como papel, las personas de migración me preguntaron qué me pasaba, les narré el hecho, su respuesta fue muy sencilla, «así es, en ese tramo hay asaltos, y más siendo mujer y viniendo sola, déle gracias a Dios que no la mataron».
Me pregunto señor Presidente, no somos libres de andar en las carreteras con placas extranjeras porque nos convertimos todos en objeto de atraco. He leído que esto ocurre, pero no pensé que a mí me fuera a pasar, quiero decirle a todos ustedes que me sentí cobijada cuando cruce la frontera mexicana, a medio puente donde se divide Guatemala y México, me paré y lloré y me dije: «Que le ha ocurrido a mi país», todos los nacionales y extranjeros que viven o van de visita a Guatemala, sus vidas están a merced de tipos mercenarios sin que ustedes hagan nada por detener esta plaga que azota a Guatemala. Hoy fui yo, mañana quien sabe. Y ustedes como autoridades dormidos en sus laureles.