Tengo ante mí el triste escenario del Hospital Militar, convertido en despacho de buitres, donde se reúnen los ex mandatarios comandados por los pícaros asesores y desleales militares de la entonces cúpula, para confabular en las próximas declaraciones que tendrá que rendir ante el gobierno de Estados Unidos, el ex gobernante Portillo y su camarilla de presidiarios.
Generales, Comandantes de Bases, Coroneles, que desvirtuaron el tan sonado juramento de servir a la Patria. En vez de eso, fueron ellos los que se sirvieron de la Patria. Igual que lo está haciendo el actual administrador general que nos gobierna.
Dicho Centro Médico Militar se encuentra en total quiebra. Gran parte de su presupuesto está en la bolsa de Mi Familia Progresa, Cohesión Social y más disparates de la Presidencia. Donde hoy son incapaces de prestar un servicio médico a militares honrados, que no se hartaron el erario. Para estos hombres, que dejaron para la posteridad, un ejemplo viviente como lo es el Instituto Cívico Militar Adolfo V. Hall, de donde han egresado muchachos, que hoy son dignos profesionales en diferentes ramas de la iniciativa privada. No son cargas del nepotismo para el Gobierno.
Para el general Rolando Chinchilla Aguilar, director Fundador de dicho establecimiento, no existe presupuesto para ser atendido, como debiera. Porque fue substraído el presupuesto del IPM para mantener dicho Hospital Militar en época de otro mal gobierno.