La Organización Mundial del Comercio (OMC) da a conocer el martes su veredicto sobre las supuestas subvenciones acordadas durante más de 20 años por la Unión Europea (UE) al constructor aeronáutico Airbus.
Este pronunciamiento constituye el primer capítulo de un espinoso conflicto con Estados Unidos que también incluye una denuncia europea por ayudas públicas al constructor norteamericano Boeing.
El í“rgano de Solución de Diferencias (OSD), que analiza una demanda norteamericana presentada en octubre de 2004, debe entregar por la tarde a Estados Unidos y la UE su informe final de más de 1.000 páginas sobre el caso más sensible y más complicado que le ha tocado tratar hasta el momento.
El OSD debe determinar si las «ayudas a los lanzamientos» de aparatos o «avances reembolsables» girados por cuatro Estados de la UE (Francia, España, Reino Unido y Alemania) a Airbus y su casa matriz (EADS) fueron contrarios a las reglas del comercio internacional, tal como pretende Estados Unidos.
Según Washington, las ayudas europeas al constructor aeronáutico europeo le permitieron pasar del 37% de porción del mercado en 2001 al 57% en 2006, causando un perjuicio de 205.000 millones de dólares a la industria norteamericana.
Estas estimaciones son juzgadas como totalmente irrealistas por la UE.
Si el informe es en principio confidencial, no se descarta que haya fugas, como ya ocurrió en septiembre, durante la comunicación del primer documento provisorio.
Tanto la UE como Estados Unidos habían dejado entender entonces que la OMC les había dado la razón en gran parte.
De hecho, el informe debería «probablemente tener un fallo mixto» a raíz de los diferentes aspectos que incluye la demanda, señaló el martes una fuente europea.
El director de comunicación de Airbus, Rainer Ohler, reconoció esperar que la OMC denuncie ciertas ayudas públicas, pero también aseguró que va a rechazar «el 70% de los puntos planteados por Boeing».
Del lado norteamericano, también hay optimismo. «Las dos partes esperan que (el veredicto) dé razón a las principales denuncias estadounidenses», explicó el vicepresidente de Boeing, Ted Austell.
Sobre ese punto, muchos estiman que el informe final no debería ser muy diferente del de septiembre, que según fuentes europeas no había considerado ilegales a la mayor parte de las ayudas así como al dinero destinado al desarrollo del avión gigante A380 de Airbus.
De todos modos, faltan meses para la publicación oficial del documento.
Además, la guerra Airbus-Boeing parece muy lejos de estar terminada, ya que las dos partes han anticipado por apelarían el fallo.
Por último, los expertos esperan ver el resultado del segundo capítulo del caso: la denuncia de la UE contra las ayudas recibidas por Boeing de parte del gobierno norteamericano.
La mayoría apuesta por una partida en tablas, que obligaría a ambas partes a renunciar a las ayudas cuestionadas so pena de sanciones.
Frente a esta perspectiva, Airbus instó el martes a Boeing a reanudar el diálogo para encontrar un «sistema de ayudas públicas transparentes».