La lucha por la conquista, aplicación y defensa de los derechos de la mujer como ciudadana, madre y trabajadora contra todas las formas de discriminación de la mujer; por la independencia nacional, como integrantes del movimiento popular guatemalteco, y por la paz mundial; expresar la solidaridad con la lucha de las mujeres que viven bajo regímenes de opresión, explotación y discriminación; y demandar la solidaridad del movimiento femenino internacional para con la lucha de las mujeres y pueblo de Guatemala, fueron objetivos inmediatos propuestos por la Unión Nacional de Mujeres de Guatemala (UNAMG), y realizados con pocos recursos, pero con la convicción de que la democracia se construye con la lucha de los pueblos. Por esta razón, los planteamientos de unidad siempre estuvieron presentes en la UNAMG realizando actividades conjuntas con la Organización de Mujeres Guatemaltecas Refugiadas «Mamá Maquin», con la organización «María Chinchilla» y otras.
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Las mujeres guatemaltecas han logrado estar presentes en su cotidianeidad social, económica, política y cultural. Por esta razón, adquirió especial significado el Día Internacional de la Mujer, porque es una fecha inmersa en acciones por sus derechos. La decisión de celebrarlo se encuentra en hechos de especial relevancia como la creación de la Liga Nacional de Mujeres Sindicalistas (1903), el protagonismo de las mujeres rusas, las diferentes huelgas (1909-1910) de obreras en Nueva Cork -vinculadas con la industria del vestido-, así como el desarrollo sindical y popular femenino en Europa y América Latina, el cual ha fortalecido sus ideas para organizarse y luchar porque prevalezca el respeto a los derechos humanos, sexuales y reproductivos de la mujeres. La historia reivindicativa de las mujeres no es una característica de nuestro milenio. Pueden señalarse aportaciones como las expuestas en el libro La ciudad de las mujeres (siglo XVI). Su autora Cristina de Pizano plantea la igualdad y equidad como factores básicos de los seres humanos; Francois Poulain (siglo XVII) expuso la igualdad de los sexos; y a mediados del siglo pasado Simone De Beauvoir, con la publicación de su libro El segundo sexo, desarrolló el criterio de equidad e igualdad contra supuestas razones de origen biológico y divino en contra de la mujer También es importante destacar las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para eliminar la discriminación contra la mujer y lograr su plena participación en los procesos de desarrollo social: además de proclamar en 1952 el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en noviembre de 1967 aprobó la Declaración sobre la eliminación de la discriminación contra la mujer, en la cual establece, entre otros, adoptar «(…) todas las medidas apropiadas a fin de abolir las leyes, costumbres, reglamentos y prácticas existentes que constituyan una discriminación contra la mujer, y para asegurar la protección jurídica adecuada de la igualdad de derechos del hombre y la mujer (…)». Asimismo, en 1977 instó a los estados miembros a proclamar, según sus tradiciones históricas y costumbres nacionales, el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. Este aspecto tuvo como base las decisiones relativas al Año Internacional de la Mujer y el Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer. Con estos referentes los países deben adoptar acciones para concluir con la violencia y discriminación contra la mujer. Lo anteriormente expuesto señala la necesidad de conocer el desarrollo y acciones de la UNAMG y tener presente que, desde su nacimiento hasta la actualidad, ha sido una organización consecuente, amplia y plural. El 8 de marzo de 1985, Día Internacional de la Mujer la UNAMG expuso en su primer boletín trimestral: «La paz debe convertirse en baluarte y bastión de todos los que pretenden democratizar las relaciones internacionales».