El primer ministro británico, Tony Blair, descartó hoy renunciar a causa de la investigación por la supuesta «venta» por su Partido Laborista de cargos honoríficos a multimillonarios, pese a temores en esa agrupación sobre las consecuencias «corrosivas» de ese escándalo.
En una entrevista con la BBC, Blair reafirmó sus planes de seguir en Downing Street para cumplir con su programa político, pese a la indagación criminal en curso sobre la financiación «dudosa» de su formación política, que líderes laboristas reconocen está causando un gran daño al partido.
«Creo que sería particularmente inapropiado irse antes de la conclusión de la investigación. Tendrán que aguantarme un poco más», afirmó Blair, cuya fecha de partida de Downing Street, la sede del gobierno británico, sigue en la incertidumbre.
Blair, que ya ha sido interrogado dos veces por detectives que investigan el escándalo, prometió el año pasado que dejará Downing Street antes del próximo Congreso de los laboristas, en septiembre, pero recientemente se mostró seguro de que tendrá todavía las riendas del poder en julio.
«Creo que lo más sensato es esperar y ver las conclusiones de la investigación», reafirmó a la BBC el jefe de Gobierno británico, al día siguiente del anuncio de que había sido interrogado nuevamente por detectives la semana pasada.
Estimando que dejar el poder a causa de la investigación policial no sería «una forma muy democrática de decidir quién es primer ministro», Blair se negó a discutir el escándalo, pero declaró que hablará públicamente sobre este tema después de que haya concluido la investigación.
Esta es la primera vez en la historia de Gran Bretaña que un primer ministro en ejercicio es interrogado por la policía en el marco de una investigación criminal.