Derecha trata de evitar derrota total


La derecha francesa trata de evitar una derrota total frente a la coalición izquierda-verde en la segunda vuelta de las elecciones regionales del domingo, apelando a uno de sus temas preferidos de campaña, la inseguridad, después de que ETA asesinara a un policí­a galo.


«Que nadie pueda imaginarse que el territorio de la República francesa será una retaguardia tranquila para terroristas y asesinos que matan como ETA», advirtió Sarkozy ayer a las puertas de la comisarí­a de Dammarie-les-Lys, 50 km al sudeste de Parí­s, a la que pertenecí­a el agente Jean Serge Nerin.

Nerin, de 52 años, se convirtió trágicamente el martes en el primer policí­a francés asesinado por un comando de la organización separatista armada vasca, tras un robo de vehí­culos y un control policial que terminó en un tiroteo.

La inseguridad habí­a sido uno de los ejes de la campaña de Sarkozy para la presidencial de 2007 y también en ví­speras de las elecciones europeas de junio de 2009.

El jueves, tras reunirse con la familia y los colegas de Nerin, Sarkozy anunció que asistirá al funeral y que impulsará una reforma penal para que quienes maten a policí­as cumplan 30 años de prisión efectiva y no se beneficien de reducciones de pena como ocurre ahora, aunque se trate de condenados a perpetua.

El primer ministro francés, Francois Fillon, que esta semana multiplicó sus actos de campaña para salir al rescate de la UMP (el partido gobernante), anunció, por error, que un policí­a agredido la semana pasada en la región parisina habí­a muerto.

La oposición socialista lo acusó inmediatamente de «aprovecharse de ciertos dramas para fines polí­ticos, hablándonos de inseguridad».

En la primera vuelta del domingo pasado, la Unión para un Movimiento Popular (UMP) quedó tres puntos por detrás del Partido Socialista (PS), 26,18% contra 29,48%, en el escrutinio global de las 22 regiones de Francia metropolitana (26 si se incluyen las de ultramar).

En los sondeos para el domingo próximo, la izquierda mantiene su ventaja en Córcega, una de las dos únicas regiones que controla la derecha además de Alsacia, donde la disputa se presenta más ajustada.

El PS alcanzó el martes un acuerdo de cara a la segunda vuelta con Europa Ecologí­a y el Frente de Izquierda, en una coalición que ya tiene la mirada puesta en la elección presidencial de 2012.

«Es importante que las regiones tengan iniciativa. Nos tenemos que proyectar en el futuro», afirmó la responsable de Europa Ecologí­a, Cecile Duflot, en rueda de prensa conjunta con las otras dos lí­deres de la izquierda, la socialista Martine Aubry y la comunista Marie George Buffet.

El discurso sobre la inseguridad, sumado al abortado debate sobre la identidad nacional impulsado por el gobierno y la elevada tasa de abstención de la primera vuelta (que superó el 53% de los 44 millones de electores), podrí­an por otro lado volver a favorecer a la ultraderecha.

Una de las sorpresas del domingo pasado fue justamente la reaparición del Frente Nacional (FN, extrema derecha) en el mapa polí­tico francés con casi el 12% de los votos y más del 20% para la lista liderada por su lí­der Jean Marie Le Pen en la región Provenza-Alpes-Costa Azul (sur de Francia).

Ante la falta de votos de reserva de la UMP -a diferencia de la izquierda- el primer ministro invitó a aquellos «a quienes preocupa la violencia a no dispersar sus votos».

Los resultados de la primera vuelta fueron una seria advertencia a la UMP y a Sarkozy, que atraviesa el ecuador de su mandato con su más baja tasa de popularidad (36%) y que según rumores in crescendo, al dí­a siguiente de los comicios anunciará cambios en el gabinete.

«La segunda vuelta es decisiva para los franceses», sostuvo en la recta final la primera secretaria del PS, que llamó a los electores a «reforzar el mensaje para que Nicolas Sarkozy cambie de polí­tica».