Barquí­n hace honor a su apellido


Según el Diccionario de la Real Academia, Barquí­n significa «fuelle para avivar fuego». Y el Superintendente de Bancos, Edgar Barquí­n, hizo exactamente eso en el tema Transurbano/SIGA, al salir con la «charada» de que los múltiples datos de identificación son indispensables para impedir que se lave dinero comprando y revendiendo las tarjetas de pasaje prepagadas.

JOSí‰ MANUEL íLVAREZ, A1- 451654, jmalvarezt@gmail.com

Si así­ fuera, habí­a que también pedir cédula, datos personales, recibo de agua/luz, etc. Para comprar una tarjeta de recarga de celular, o incluso para comprar verduras en el mercado; o para adquirir cualquiera de los cientos de miles de productos que se pueden comprar y revender para lavar dinero.

Además, los mayores lavadores de dinero de Guatemala están plenamente identificados. Son funcionarios del mismo Gobierno para el que trabaja Barquí­n. Y él no les hace nada. Porque el único preso actualmente por lavar dinero es Portillo. Y ése está en la cárcel por acción de los Estados Unidos. Si por Barquí­n, la SIB y su IVE fuera, seguirí­a libre y campante en la calle.

Pero Edgar Barquí­n también antes se opuso a la divulgación de datos de MIFAPRO, aduciendo el Secreto Bancario. Es más que obvio para quien trabaja o a quien defiende oficiosamente.