En homenaje a Al Andalus


Curro Piñana, cantante español dará vida a los versos de Ibn Arabi, un poeta murciano nacido en el siglo XII. FOTO LA HORA: ARCHIVO

El cante del español Curro Piñana y la voz llena de sentimiento y matices de la siria Waed Buhasun unieron el sufismo y el flamenco, dando nueva vida a los versos del gran poeta de Al Andalus, Ibn Arabi, quien nació en 1165 en Murcia y murió en Damasco en 1240.


Los versos del poeta mí­stico sufí­ Abu Bakr Muhammad Ali Ibn Arabi «reflejan una visión tolerante y pací­fica del Islam, que canta el amor, como cuando escribe «mi corazón es prado de las gacelas»», declaró a la AFP en Parí­s Curro Piñana, una de las más bellas voces del flamenco de la actualidad.

O como cuando el poeta sufí­, ebrio de amor, escribe que el cosmos no podrí­a cargar con el peso de su amor, a riesgo de derrumbarse.

«Su filosofí­a, su visión, están a las antí­podas de otras visiones islámicas dogmáticas y extremistas», afirmó Piñana, que participó en un concierto este fin de semana en el Instituto del Mundo Arabe de Parí­s, titulado «Flamenco y Sufismo», que provocó un torrente de emoción en la sala.

El proyecto de unir el flamenco y el sufismo nació hace diez años, cuando Radio Televisión Española (RTVE) le pidió interpretar los poemas de amor de Ibn Arabi, cuenta Piñana, que estuvo acompañado en el concierto por su hermano Carlos en la guitarra y Miguel Angel Orengo en la caja.

Ese álbum, titulado «De lo humano y lo Divino», está ahora agotado, dice el cantaor nacido, como Ibn Arabi, en Murcia, y que sueña con hacer un dí­a un disco de milongas del escritor argentino Jorge Luis Borges.

Tras el concierto, que se celebró en el marco del XIV Festival del Imaginario -uno de los acontecimientos culturales más importantes en Francia-, Buhasun, cuya voz tiene una calidad que evoca las grandes voces de la canción árabe de los años «30, expresó su «profunda emoción» de interpretar los poemas de Ibn Arabi.

«Por Dios, que siento tanto amor que parece como si los cielos pudieran partirse en dos, las estrellas caer y las montañas huir, si yo los obligara a cargar con él. Tal es mi experiencia del amor», canta Ibn Arabi.

El encuentro de los poemas sufis del siglo XII y el flamenco recuerdan, dijo la cantante siria a la AFP, «no sólo que el lenguaje de ambos viene del alma, de la emoción», sino también «las asociaciones históricas e influencias mutuas entre ambas culturas, que se sienten en su música».

El poeta andalusí­ fue también un gran filósofo y viajero, que recorrió su Al-Andalus natal, el norte de Africa, El Cairo, Jerusalén, La Meca, Bagdad, hasta llegar a Damasco, donde su tumba es lugar de peregrinación, recordó la artista, que toca también el laúd.

Buhasun, que cantó por primera vez con los hermanos Piñana en el 2008, dijo que a finales del 2010 se juntarán nuevamente para repetir este concierto en la í“pera de Damasco, una ciudad que vive eternamente nostálgica del fantasma de Andalucí­a, el paraí­so perdido.

En el programa de este Festival del Imaginario, que abrió el 3 de marzo y concluye el 25 de abril, figuran también la mexicana Silvia Marí­a, que interpretará la semana próxima cantos de su Oaxaca natal, marionetas de Taiwán y chacareras y zambas del norte de Argentina, interpretadas por el trio del violinista Néstor Garnica.