Schumann comentado por Jorge Sarmientos


Imagen del concierto que se proyectará mañana. En primer plano, Martha Argerich, acompañada por la Orquesta Sinfónica de Leipzig, dirigida por Riccardo Chailly. FOTO LA HORA: YOUTUBE.COM

Mañana miércoles, a las 18:00 horas, en el Paraninfo Universitario (2a. avenida 12-40 zona 1), a las 18:00, el maestro Jorge Sarmientos presentará un video concierto, con el cual pondrá a disposición del espectador obras de arte musicales y su conocimiento al comentar al final de la proyección.

Mario Cordero ívila
mcordero@lahora.com.gt

Martha Argerich, pianista argentina. FOTO LA HORA: WIKIPEDIA.ES

El video concierto proyectará el Concierto para piano y orquesta en La Menor, opus 54 de Robert Schumann, celebérrimo compositor alemán. Esta pieza musical será ejecutada por la Orquesta Sinfónica de Leipzig (originalmente, la obra se estrenó con los músicos de esta institución), bajo la dirección de Riccardo Chailly. Martha Argerich, pianista argentina, será la solista.

Tras proyectar el video, el maestro Sarmientos comentará la obra, explicando sus principales aportes y puntos estéticos, en conversatorio con el público, el cual puede formular sus preguntas mientras degusta de un café.

«Es un trabajo voluntario de mi parte, para dar docencia musical a los amantes del arte sonoro», expresó Sarmientos, uno de los referentes musicales del paí­s. «Es importante mostrar por este medio los conciertos en las grandes salas y orquestas internacionales», comentó el maestro.

Sarmientos es músico, compositor y director de orquesta de Guatemala, teniendo una destacada trayectoria dentro del mundo de los acordes y la melodí­a de nuestro paí­s.

CONCIERTO

Schumann compuso sólo tres conciertos, uno de los cuales es el que se proyectará mañana. El Concierto para piano y orquesta en La Menor, Opus 54, es el que ha alcanzado mayor difusión y fama de este autor, y es considerado uno de los clásicos de repertorios para piano y orquesta.

Schumann habí­a compuesto en 1841 una fantasí­a para esta combinación, pero no estando satisfecho con ella la dejó reposar durante un tiempo. En 1845 la revisó cuidadosamente y añadió al inicial otros dos movimientos, con lo que formo su Concierto para piano. El resultado fue una obra singular, alejada del modelo de concierto establecido por Mozart y consolidado por Beethoven, que el propio Schumann calificó de «algo entre concierto, sinfoní­a y gran sonata».

El estreno tuvo lugar el 1 de enero de 1846 en Leipzig, teniendo a la esposa del compositor, Clara, como extraordinaria solista. Hasta casi el final de sus dí­as, en 1896, tocó esta gran artista el concierto de su marido por las salas de concierto de Europa.

Edvard Grieg (estudiante en el Conservatorio de Leipzig en aquellos momentos), escucharí­a el concierto, interpretado de nuevo por Clara Schumann, en 1859, y reflejará en su Concierto para piano y orquesta en la menor la influencia schumaniana.

El Opus 54 de Shumann es una partitura de especial dificultad para el solista, pero no es una obra virtuosí­stica en el sentido habitual del término: musicalidad, estilo, sensibilidad, son más necesarios que el deslumbramiento técnico o mecánico. La personalí­sima orquestación que utilizó su autor contribuye al ámbito intimista de la partitura, alejada de cualquier veleidad de efectismos vulgares.

MOVIMIENTOS

Este concierto consta de dos movimientos, si bien en el segundo de ellos se funden el segundo propiamente y el tercero:

El primero movimiento, el Allegro affettuoso, se inicia sin introducción orquestal, y todo él se constituye en torno a un precioso tema principal, aun cuando, de manera muy libre, el movimiento está construido a grandes rasgos en la tradicional forma sonata.

El segundo movimiento está compuesto por el Intermezzo, seguido del Andantino gracioso, para culminar con el Allegro vivace. Tiene gracia y finura, además de un tono intimista y romántico. El amoroso diálogo entre solista y orquesta preside todo este tiempo, que, en su última secuencia, retoma el tema del primer movimiento, sirviéndole de lazo de unión con el Allegro vivace final, de gran y variada riqueza melódica, tono sonriente y ritmos marcados, con pasajes sincopados de gran efecto dentro del ámbito de lí­rica sobriedad que preside la composición.

INFORMACIí“N La cita


El video concierto se llevará a cabo mañana, a las 18:00 horas en el Paraninfo Universitario.

Se presentará el concierto para piano y orquesta en La Menor, opus 54 de Schumann.

Martha Argerich será la solista y Riccardo Chailly el director, con el acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Leipzig.

Jorge Sarmiento comentará la obra al finalizar y responderá preguntas del público.

La entrada al público es libre y gratuita; hay parqueo disponible.

SEMBLANZA Martha Argerich


Martha Argerich nació en Buenos Aires, Argentina, el 5 de junio de 1941; es una pianista argentina de música clásica, considerada una de los mayores exponentes de su generación y la posguerra. Especialmente celebrada por sus interpretaciones de Chopin, Liszt, Bach, Schumann, Ravel y Prokofiev.

En 1957, ganó dos prestigiosos concursos de piano con tres semanas de diferencia. Más tarde, en 1965 obtuvo el primer premio en el Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin, reconocida por sus interpretaciones de Chopin y Liszt.

En varios reportajes Argerich ha remarcado su sentimiento de soledad en el escenario durante la interpretación, y -quizá por ello- realizó muy pocos recitales de piano solista después del 1980, enfocándose en conciertos para piano y orquesta, música de cámara y acompañamiento instrumental en sonatas.

Ha sido reconocida especialmente por sus interpretaciones de compositores clásicos del siglo XX, tales como Rachmaninov, Messiaen y Prokofiev. Una de sus grabaciones más notables reúne al Concierto para piano n.º 3 de Rachmaninov con el Concierto para piano n.º 1 de Tchaikovsky.

BIOGRAFíA Schumann


Robert Alexander Schumann nació en Zwickau, 8 de junio de 1810, y murió en Endenich, Bonn, 29 de julio de 1856. Compositor alemán de la época del romanticismo y uno de los músicos de mayor fama en la primera mitad del siglo XIX.

Tanto en vida como en obra refleja en su máxima expresión la naturaleza del romanticismo, siempre envuelta en la pasión, el drama y, finalmente, la tragedia.

Une la ilustración literaria con una gran complejidad musical, creando obras de gran intensidad lí­rica.