El presidente chino Hu Jintao llegó hoy a Liberia, un país devastado por la guerra, antes de la etapa más importante de su gira por ífrica, la reunión con los líderes de Sudán.
Bajo presión para utilizar la influencia de China en Sudán por el conflicto de Darfur, pero acuciado por la necesidad de comprar petróleo sudanés, Hu estará bajo la mira de la comunidad internacional cuando visite Jartum el viernes.
El presidente chino es esperado en Liberia hoy, proveniente de Camerún, en la segunda escala de su gira por ocho países de ífrica destinada a obtener en este continente más recursos minerales y petroleros.
Las calles y edificios ennegrecidos por la guerra en la capital de Liberia, Monrovia, al borde del mar, lucían festivas banderas chinas y liberianas.
Liberia es tradicionalmente un fuerte aliado estadounidense. No obstante, su presidenta, Ellen Johnson Sirleaf, expresó gratitud por la ayuda para la reconstrucción cedida por Pekín y por los soldados de paz chinos en la fuerza de la ONU en este país del oeste de ífrica, que lucha por recuperarse de más de una década de guerra civil.
«Los liberianos nunca olvidarán la amistad de los cascos blancos chinos», dijo a la agencia de prensa estatal China Nueva.
Unos 500 soldados chinos integran la misión de la ONU en Liberia. China también construyó un estadio y una central azucarera como parte de sus proyectos de infraestructura en el país.
El comercio entre ambos países subió 155% el año pasado en relación a 2005, para ubicarse en 375 millones de dólares, según China Nueva.
La visita de Hu a Liberia es la primera de un jefe de Estado desde que los dos países restablecieron relaciones diplomáticas en 2003.
Liberia tenía anteriormente lazos con Taiwán, pero Sirleaf participó en la cumbre entre China y ífrica realizada en Pekín en noviembre pasado, una señal de las nuevas relaciones.
En Camerún, Hu aprobó donaciones y préstamos por más de 54 millones de dólares, según la radio nacional camerunesa.
Hu y su homólogo Paul Biya firmaron también un principio de acuerdo para condonar las deudas de Camerún con China y una serie de acuerdos sobre salud y educación, añadió el informe.
Para enfatizar su compromiso, China indicó esta semana que perdonaría las deudas de 33 países africanos, por un total de miles de millones de dólares, tras una promesa realizada el año pasado.
La política de Pekín en ífrica despierta inquietud en Occidente por sus estrechos vínculos con regímenes de línea dura en países como Sudán y Zimbabue.
Grupos de defensa de los derechos humanos y algunos gobiernos occidentales esperan que Hu utilice su visita de dos días a Sudán para presionar en favor de acciones sobre el conflicto de Darfur, que Estados Unidos ha calificado de «genocidio».
China, de lejos el mayor inversor económico extranjero en Sudán, podría persuadir a Jartum de que acepte una misión de la ONU en Darfur, según analistas.