El presidente francés Jacques Chirac pidió al semanario Nouvel Observateur y a dos diarios internacionales que «rectificaran» una entrevista que les había acordado el lunes con el fin de modificar sus declaraciones sobre la amenaza nuclear de Irán.
Concretamente, el jefe de Estado pidió que desaparecieran unas frases que hablaban de la destrucción de Teherán en caso de que un día lanzara una bomba atómica.
El incidente muestra sobre todo la dificultad de establecer una estrategia frente a la amenaza iraní, que requiere al mismo tiempo firmeza y mucha diplomacia.
«Cuando Chirac rectifica a Chirac», escribe Le Nouvel Observateur, mientras que el International Herald Tribune titula en su primera página: «Chirac piensa y después da marcha atrás».
«Chirac no está preocupado por un Irán nuclear y después da marcha atrás», publica por su parte el diario New York Times.
Según las tres publicaciones, Chirac declaró el lunes que el hecho de que Irán tuviera una bomba atómica no era en sí «peligroso». «Â¿Dónde enviaría Irán esta bomba? ¿Contra Israel? No tendrá tiempo de avanzar 200 metros antes de que Teherán sea arrasado», declaró Chirac.
El martes, el mandatario francés volvió a llamar a los periodistas y rectificó estas declaraciones.
«El martes, el presidente consideró necesario retomar sus palabras. Según él, fue una expresión esquematizada, extremadamente esquematizada. Posteriormente, dijo que retiraba directamente lo dicho», explicó Le Nouvel Observateur.
Según el palacio de la presidencia francesa, el Elíseo, Chirac realizó un «razonamiento muy condensado y esquemático» sobre Irán, una cuestión que «merece un tratamiento más profundo».
Sin embargo, el presidente francés mantuvo que si «Irán poseía un día una bomba atómica y si ésta era lanzada, sería destruida antes de abandonar el espacio aéreo iraní».
«Habrá inevitablemente medidas de represalia y de castigo. Es el sistema de la disuasión nuclear», agregó el mandatario.