«Escribo una carta, luego existo»


Vista de la carta que se le atribuye a René Descartes y que fue encontrada en la Universidad de Haveford. FOTO LA HORA: AFP HAVORFORD COLLEGE

«Pienso, luego existo». La frase más popular de René Descartes, considerado el padre de la filosofí­a moderna y de la geometrí­a analí­tica, volvió ayer a resonar entre los cí­rculos cientí­ficos al descubrirse la existencia de una importante carta escrita por el filósofo que se creí­a perdida desde el siglo XIX.

Redacción Cultural
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Fechada el 27 de mayo de 1641, la carta está relacionada con la publicación de su libro Meditaciones metafí­sicas, un trabajo que prendió la llama de la denominada revolución cientí­fica en la Francia del siglo XVIII. La valiosa misiva, perdida desde mediados del siglo XIX, ha aparecido en los archivos del Haverford College de Pensilvania, cuyos responsables ni siquiera eran conscientes de tener el documento entre sus fondos. Y menos aún, de su oscura procedencia. Se trata de una de las 72 epí­stolas firmadas por Descartes que desaparecieron del Instituto de Francia a mediados del siglo XIX, ví­ctimas de un robo perpetrado por un matemático italiano llamado Guglielmo Libri, que, huyendo de la justicia francesa, escapó a Londres con una colección de 30.000 libros y manuscritos.

Entre los preciados tesoros que robó de aquel instituto habí­a documentación original de Galileo, Fermat, Leibniz, Copérnico y Descartes que acabó subastando para poder sobrevivir. La carta en cuestión llegó a manos de Charles Roberts, un coleccionista de autógrafos que la compró sin saber que era una carta robada y cuya esposa decidió donarla en 1902 al Haverford College.

La casualidad quiso que un experto en Descartes, un holandés llamado Erik-Jan Bos que actualmente está preparando una recopilación de cartas del filósofo, viera, navegando por Internet, una referencia a dicha carta dentro de la colección de la institución estadounidense. Al contactar con sus responsables y poder leerla en la pantalla de su ordenador, entendió que se trataba de una de las misivas robadas. «Ver la caligrafí­a de Descartes en mi pantalla me cortó la respiración», declaró ayer al diario The New York Times. La carta, de cuatro páginas, es fundamental porque, según Bos, «explica cómo Descartes decidió, en el último momento, cambiar el planteamiento de Meditaciones metafí­sicas».

Los responsables del Haverford College contactaron con el Instituto de Francia para comunicarles su intención de devolver la carta a su propietario original. «Sinceramente nos causó una conmoción porque no tení­amos ni idea de que la tení­amos, pero no nos pertenece» afirmó en el diario neoyorquino Stephen G. Emerson, presidente del Haverford College. El Instituto de Francia ha decidido premiar el gesto con 15.000 euros, puesto que aún luchan por conseguir arrancar de manos privadas otras cartas y manuscritos que desaparecieron con Libri y que siguen vendiéndose entre coleccionistas.