La gramática polí­tica


Desde hace varios meses he estado observando que algunas personas se han dado a la tarea de difundir la explicación de por qué está errado utilizar la palabra «presidenta» para describir a las mujeres que asumen la primera magistratura.

Juan Pablo Ozaeta

Incluso don Eduardo Villatoro, (26/09/2010) escribió para La Hora una muy documentada explicación de los participios activos, y que el participio activo de ser es ente, y por esa razón se dice presidente, y no presidenta.

Lo que me llamó la atención es que a la par de señalar ese error que se está cometiendo, hablan de lo enredado que somos algunas personas para expresarnos utilizando «las y los», porque están convencidos que «utilizar las palabras en masculino engloba a todos». Mas como alguien que se resiste a aceptar el lenguaje excluyente preguntó alguna vez: «Pero, ¿a todos o a todas y todos?»

Uno de los documentos que reenviaron a mi correo firmado por alguien que dice ser «licenciado en castellano y literatura, y no en castellana y literaturo» -haciendo mofa de la situación-, esgrime que la presidenta Cristina Fernández «además de por motivos ideológicos» utiliza mal el participio activo por «ignorancia» de la lengua española. Se refiere a esta lengua que nos impusieron, y que a diferencia de otras cuenta con más palabras universales en cuanto al género, ha aceptado que las palabras en masculino se utilicen para referirse a hombres y mujeres.

Con esto no me refiero a los participios activos, más bien a utilizar «hombres» para referirse a hombres y mujeres, y a utilizar «trabajadores» para referirse a los mismos grupos.

Mis planteamientos son que además de empeñarse en señalar lo mal que se utilizan los participios activos, también se deberí­a difundir qué hay formas de utilizar un lenguaje no sexista. A diferencia de lo que muchos creen, se ha avanzado en formas de lenguaje no sexista que son aun menos enredados que el uso del lenguaje masculino, y no son más extensos en su pronunciación. Ejemplo: Puedes decir «Los abogados de la defensa se acercan al estrado»; o «La defensa se acerca al estrado». Y hay muchas otras formas de lenguaje no sexista, «la población», en vez de «los habitantes»; «la ciudadaní­a» en vez de «los ciudadanos». «Las personas», en lugar de «los hombres». En fin.

Ahora, deseo dejar en el debate, se nos impuso una lengua que tiene una concepción patriarcal. Tenemos la posibilidad de seguir respetando sus normas -como personas que siguen sumidas en el colonialismo- o vamos a transgredirlo y anteponer nuevas concepciones, como el reconocimiento al valor histórico que tiene el que una mujer asuma la presidencia de un paí­s.

En mi caso muy particular me asumo transgresor, y si Cristina Fernández, se asume «presidenta», como una acción reivindicativa, la apoyo, porque me merece más respeto ella, que la Academia Española de la Lengua.