Bolivia es uno de los países más interesantes de nuestro continente. Durante muchos años fue gobernado por regímenes dictatoriales al servicio de la oligarquía nacional y extranjera. A pesar de que posee grandes riquezas naturales, su pueblo ha estado agobiado por una permanente situación de atraso y pobreza, pues esos recursos fueron saqueados por poderosas empresas transnacionales, y lo hicieron en nombre de la democracia y la libertad de mercado.
En fecha reciente, el destacado sociólogo mexicano Héctor Díaz Polanco fue entrevistado en la dinámica franja de la periodista Carmen Aristegui en la cadena CNN en español, y abordó con profundidad el tema de Bolivia, señalando que hoy en día es el gran laboratorio democrático de Latinoamérica bajo la acertada conducción del indiscutible líder indígena Evo Morales.
El intelectual explicó que Bolivia está abriendo nuevos espacios para sectores que tradicionalmente han estado excluidos como los indígenas y las mujeres. Un aspecto novedoso es que el gobierno de La Paz está promoviendo autonomías a efecto que los grupos que antes estaban marginados, de ahora en adelante tengan una participación activa en las instituciones del Estado como las cortes de justicia, y la Asamblea Plurinacional.
En este último organismo, que es el resultado de la reciente reforma constitucional, alrededor de la mitad de los 130 diputados, pertenecen a la comunidad indígena. La presencia masiva de representantes de este importante segmento de la sociedad, significa que los pueblos indígenas están a las puertas de triunfar con sus demandas que antes eran rechazadas. También sobresale la paridad de hombres y mujeres en el gabinete de gobierno.
Al mismo tiempo y con la colaboración de maestros cubanos, Bolivia ha erradicado el analfabetismo. Es el despertar de un pueblo que antes era mancillado por los intereses de poderes imperiales extranjeros. Ahora vive el rediseño del Estado Boliviano.
La nueva Constitución establece controles muy estrictos sobre los bienes públicos como el agua, el gas, la electricidad, la minería, etc. Las normas contienen la prohibición categórica de privatizar esos recursos. La privatización es considerada traición a la Patria. Si Guatemala hubiera sido como Bolivia, ílvaro Arzú, el alcalde del maquillaje, hace tiempo estaría en la cárcel por haber piñatizado las principales empresas del Estado, especialmente las de telecomunicaciones y electricidad.
Cuando Evo asumió el poder, las reservas monetarias no llegaban a mil millones de dólares. Actualmente son del orden de 9 mil millones que era lo que saqueaban las empresas extranjeras. Ahora se destinan a programas sociales.