Capitán sin brazalete


Raúl (7), capitán del Real Madrid, felicita a Xabi Alonso, tras haber marcado el tiro penal. Arbeloa (D) también corre para saludarlo e Higuaí­n corre por detrás. FOTO LA HORA: AFP DANI POZO

Hay capitanes porque llevan el brazalete, capitanes porque tienen poder polí­tico dentro del club, capitanes porque negocian las primas con el presidente y capitanes porque son escuchados por sus compañeros en el vestuario. Fernando Redondo pertenecí­a a la última categorí­a. Xabi Alonso va camino de seguir sus pasos. El domingo pasado, cuando el árbitro pitó el penalti sobre Cristiano Ronaldo en los últimos minutos del Madrid-Villarreal, las cámaras registraron un episodio inolvidable.

Redacción Deportes
lahora@lahora.com.gt

-Déjame tirarlo a mí­, le dijo Xabi a Cristiano, que se encaminaba hacia el punto de penalti con la pelota.

-No, lo quiero tirar yo.

-Déjamelo.

-Es que quiero ser pichichi.

-Y yo todaví­a no he hecho mi primer gol con el Madrid. Así­ que déjame.

Así­ fue como Xabi se hizo con el balón y marcó su primer gol con la camiseta blanca. No resultó sencillo. Con la intención de rendir un homenaje multitudinario a Raúl, que acababa de entrar al campo, el fondo norte del Bernabéu, justo sobre la porterí­a, gritaba: «Â¡Ra-úl, Ra-úl, Ra-úl!». La gente pedí­a que lo tirara el primer capitán. El jugador más poderoso del club hasta hace poco. Xabi hizo oí­dos sordos y se concentró en el balón y en Diego López. Disparó, marcó, pero el árbitro mandó repetir. El público seguí­a: «Â¡Ra-úl, Ra-úl, Ra-úl!». Xabi acomodó el balón de nuevo y se dispuso lanzar el penalti contra todo. Contra el Villarreal, contra el público, contra el raulismo y contra la voracidad de Cristiano, sí­mbolo del gran proyecto de Florentino Pérez.

Consciente o no de ello, el gesto del tolosarra fue un arrebato de autoafirmación colosal. Un mensaje a todos los niveles del madridismo recordando que el equipo tiene una nueva jerarquí­a. Y hay que pasar por el aro. Que mandara el balón como un misil, a media altura, pegado al palo izquierdo de Diego López por segunda vez, selló su intervención con un éxito rotundo. Arbeloa y Raúl corrieron a felicitarle. Cristiano maldijo para sus adentros.

Xabi ha dado 1.505 pases en esta Liga. Su actividad no admite comparación en el Madrid y en España sólo es superado por Xavi Hernández, que encuentra más apoyos gracias al estilo del Barí§a. Los dirigentes del Madrid se muestran convencidos de que Xabi es el timón. En un equipo pensado para que brillen las individualidades, el mediocentro es un elemento tan raro como imprescindible. El técnico, Manuel Pellegrini, tiene dudas respecto a casi todo en la lí­nea media menos respecto al tipo de la barba roja. «Tiene un sentido colectivo a prueba de cualquier vanidad», explica un dirigente; «hay jugadores, como Cristiano, que ayudan al equipo a partir de su talento individual. Xabi pone su genio al servicio del plan colectivo y es un lí­der en la medida en que lí­der es aquél que, además de cumplir con su propia responsabilidad, tiene una mirada más amplia».

Hay tres clases de futbolistas: los cazadores, los recolectores y los administradores. Xabi pertenece a la última categorí­a, que también es la más intelectual. Hace falta tener cierta obsesión por la casuí­stica, cierto afán clasificatorio, un don para poner a cada especie en su respectivo cajón, para desempeñar con acierto las funciones del mediocentro. Xabi posee esas extrañas virtudes. Lo mismo en la verdulerí­a, donde es capaz de clasificar una colección de pimientos de Ezpeleta, del Piquillo, de Anglet, de guindillas de Tolosa o de cuernos de cabra, que en el campo, donde organiza el juego en corto, en largo, al pie, al espacio, plano, con comba, atrás, adelante, rápido, con freno, por fuera o por dentro. No hay pimiento que sea incapaz de etiquetar ni situación táctica a la que no pueda aplicar el pase adecuado.

A pesar de su importancia, la labor de Xabi en este Madrid ha pasado más o menos inadvertida hasta ahora. El domingo se abalanzó sobre Cristiano y mantuvo con él una pequeña conversación ante el mundo. Ahora el mundo sabe que el tipo de la barba roja ha dado un paso al frente.