APUNTES SOBRE LOS ORíGENES DE LA CUARESMA EN GUATEMALA Parte (I)


La Cuaresma responde a los movimientos de la naturaleza: para las alfombras de las velaciones se utilizan frutos y flores propios de la época, tales como el corozo, la estaticia y el tigrillo. Extraordinaria alfombra de flores y mangos de La Antigua Guatemala. (Fotografí­a: Guillermo Vásquez González, 2009)

Cuaresma y Carnaval Como vimos en artí­culo del Miércoles de Ceniza pasado, Cuaresma y Carnaval son inseparables e indivisibles. Por tanto, expondremos, en apretada sí­ntesis, algunos datos sobre el Carnaval y su relación con la Semana Santa.

Celso A. Lara Figueroa
Del Collegium Musicum de Caracas, Venezuela

Representación de la Cuaresma con siete pies, que simbolizan las siete semanas que dura. También va cargada de pescados por ser la dieta que impone el ciclo sacro en particular los Viernes de Cuaresma (Museo de Historia de la USAC)

Era frecuente el acompañamiento del entierro del Carnaval en Europa por personajes caracterizados de viudas, generalmente representados por hombres o muchachos vestidos de mujer ataviados con velo de luto, que lloraban a gritos la muerte de su marido. En España, el entierro simbólico del Carnaval que se realizaba en esta fecha recibí­a el nombre de Entierro de la Sardina, y según Julio Caro Baroja, era fiesta que se celebraba desde los siglos XVI y XVII. Aparece representado este festejo popular en el lienzo del mismo nombre cuyo autor es el famoso pintor Francisco de Goya, obra que forma parte de la colección del Museo de la Academia de San Fernando de Madrid. Aparece en ella una multitud de enmascarados en el centro de la cual va un personaje que porta un pendón o estandarte que lleva pintada una cara sonriente de grandes dimensiones. Va acompañado de un nutrido cortejo de disfraces, entre los cuales sobresale el diablo trajeado de negro con los infaltables cuernos y con máscara de calavera, una vieja y tres mujeres. Dentro del grupo se observa numerosos niños en gozosa participación. En Guatemala, el Carnaval adquiere determinadas significaciones, como las mencionadas en remotas aldeas del oriente de Guatemala, y el entierro de la sardina aún se puede observar en Totonicapán. Sin embargo, creemos, su significación profunda se ha perdido ya en la memoria colectiva. El perí­odo que establece la Iglesia Católica para conmemorar la Semana Santa, coincide exactamente con el inicio de la primavera y, por ser un perí­odo de cambio estacional, ha sido propicio para la celebración de rituales en numerosas culturas. La Pascua Florida o Domingo de Resurrección es el primer domingo siguiente al plenilunio del equinoccio de primavera y cae en el lapso comprendido entre el 22 de marzo y el 25 de abril. El inicio de la estación primaveral es poco visible en nuestro paí­s ya que, todo el año hay brillo del sol en un largo trecho del dí­a y abundante vegetación. Sin embargo, en los paí­ses del hemisferio norte, después de la estación invernal, en que el clima es frí­o y la vegetación es escasa. Los árboles se despojan de sus hojas y el perí­odo que ilumina el sol durante el dí­a disminuye sensiblemente. La llegada de la nueva estación es un contraste muy marcado: se alarga paulatinamente la duración de la luz solar, los troncos aparentemente sin vida comienzan a tener nuevos brotes, las plantas comienzan a florecer y es la ocasión de preparar los campos para la siembra: Este cambio tan notorio se ha celebrado con complejos rituales posiblemente desde el perí­odo neolí­tico, cuando las sociedades humanas establecidas ya en poblados permanentes comenzaron a desarrollar técnicas agrí­colas. Al tener que permanecer en un lugar hasta recoger la cosecha, comenzaron a observar con más detenimiento el ritmo inalterable de la naturaleza y las modificaciones ocasionadas por el cambio de ubicación de la tierra en relación al sol y la influencia de ellos sobre la vida terrestre. A estos fenómenos buscaron explicación atribuyendo a seres sobrenaturales estas variaciones a las que habí­a que propiciar con ceremonias rituales que se fueron haciendo dí­a a dí­a más complejas, y formaron parte de un culto a la vida y al constante renacer de la vegetación que permanece aparentemente dormida durante el invierno; así­ como también a la germinación de las semillas que durante esta estación eran arrojadas a la tierra donde permanecí­an aparentemente sin vida y después de algunos dí­as evidentemente comenzaban a germinar. Dioses que mueren y resucitan se encuentran en toda Europa, incluyendo las Islas Británicas, entre ellos podemos citar a Frei y Balder para el norte de este continente, y Osiris, Adonis, Dionisio y Attis que eran reverenciados en la región Mediterránea y que marcan el inicio de la Cuaresma Cristiana. Nueva Guatemala de la Asunción, Primer Viernes de Cuaresma 19 de febrero de 2010