Cierra Carnaval de Rí­o


La Estacao Primeira de Mangueira, una

Rí­o de Janeiro bajó hoy en la madrugada el telón de dos dí­as de desfiles de Carnaval con una jornada de esplendor de dos escuelas tradicionales y otra de famosos locales, en una jornada marcada por desborde de energí­a y problemas técnicos.


Una de los 4 mil 800 miembros de la Escuela de Mangueira, una de las más tradicionales de Rí­o. FOTO LA HORA: AFP ANTONIO SCORZA

En otra noche de calor intenso y con emoción desbordada, los destaques entre las últimas seis escuelas de samba en desfilar fueron las populares Mangueira y Vila Isabel, junto a la Grande Rí­o, integrada por celebridades locales y «gente bonita» carioca.

El desfile iniciado la noche del lunes entusiasmó a buena parte de los 60.000 espectadores, aunque no escapó de problemas técnicos, varios por la fastuosidad de despliegue y la ambición por sorprender al jurado.

La escola ganadora del tí­tulo, que actualmente ostenta Salgueiro, se conocerá el miércoles por la tarde.

El inicio de la jornada fue para Mocidade Independente, con un «samba enredo» (tema central) sobre paraí­sos, como el del consumo, los religiosos y fiscales, expuesto con frenesí­ por sus miembros.

Porto da Pedra salió en segundo lugar a desfilar por el Sambódromo para abordar los cambios de la vestimenta y la moda a lo largo de la historia, en un despliegue correcto basado en buen vestuario y carrozas lujosas.

El tercer turno fue de la máxima campeona del carnaval carioca, Portela (21 tí­tulos), que tomó la pasarela bajo el grito de «Es campeón» de la tribuna popular, con un colorido y sofisticado show tecnológico sobre los cambios impulsados por la internet y su poder de transformación social.

Sin embargo, las intenciones de Portela (sin cetros desde 1984) no se consumaron plenamente pues transmitió su idea de forma algo confusa, pese a estar sus 37 alas repletas de antenas parabólicas, luces, computadores y vistosas carrozas.

Luego salió Grande Rí­o con lucido homenaje a los 25 años del Sambódromo, a las diferentes escuelas y los puntos altos de los carnavales. Su ala de percusión vestí­a totalmente de naranja, como los uniformes de los barrenderos municipales.

El público la recibió enfervorizado y la ovacionó cuando un «astronauta» con un tanque propulsor salió volando desde el área de concentración por encima del primer carro, aunque su viaje acabó poco después por problemas técnicos y según los bomberos el piloto tuvo quemaduras.

Pese al contratiempo, el colorido, las originales carrozas y sus hermosas vedettes le valieron fuertes aplausos y quedó como aspirante al cetro.

Vila Isabel, cuna de compositores cariocas, fue penúltima en desfilar con 3.500 miembros en 31 alas, que representaron de forma vistosa la vida bohemia y la obra del poeta sambista Noel Rosa, autor de clásicos que cumplirí­a 100 años en 2010.

Si bien tuvo un serio problema de sonido y un carro con averí­as mecánicas, Vila Isabel no decepcionó e hizo cantar a rabiar a muchos.

El broche final fue para la escola más popular de Brasil y en el exterior: Mangueira (2ª mayor ganadora, 15 coronas), que no gana desde 2002. Con una de las mejores baterí­as del samba, se lució con su tema «Mangueira es la música de Brasil», un homenaje a músicos populares brasileños como Chico Buarque.

Muy original fue el recuerdo a la censura artí­stica durante la última dictadura (1964-85), con un grupo vestido de soldados dejando tras rejas portátiles a los percusionistas, que vestí­an de presos con la palabra «censurado».

La efervescencia se desbordó al inicio con muchas personas bailando al borde de la pista, lo que dificultó parte del despliegue de la escola y el paso de sus enormes carrozas. El carro abre alas tomó fuego parcialmente, pero las llamas fueron sofocadas y la carroza pudo salir.

El desfile de otras seis escolas en la jornada del lunes tuvo su clí­max en el original show de Unidos da Tijuca, la más firme favorita al tí­tulo, con un enredo sobre secretos y misterios de la humanidad.