Oficialismo y oposición irán a primarias


Hugo Chávez, presidente de Venezuela. FOTO LA HORA: AFP JUAN BARRETO

Partidos de oposición en Venezuela decidieron elegir por la base o en primarias a unos 30 candidatos a la Asamblea Nacional (26% del total), dando un paso en dirección a una unidad que se considera clave para ganar espacios en la elección parlamentaria del próximo 26 de septiembre, que tanto el gobierno como sus adversarios consideran crucial para el futuro del paí­s.

Redacción Internacional
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Por su parte, el gobierno venezolano, a través del presidente Hugo Chávez, anunció ayer que todos sus aspirantes serán seleccionados directamente por la base.

Así­ comienza, en forma, la batalla por la conquista de la Asamblea Nacional en la que la oposición espera obtener puestos suficientes para ejercer un balance del poder, y el gobierno quiere conservar al menos dos tercios de la cámara para garantizar la continuidad del «proceso».

El problema es simple: los puestos disponibles son pocos y los aspirantes, muchos. Desde funcionarios de extintos gobiernos hasta nuevos lí­deres salidos de la comunidad estudiantil. En el caso del oficialismo, se trata de una sola organización principal, el Partido Socialista Unido de Venezuela.

En teorí­a, todo es ganancia para una oposición que no participó en los anteriores comicios parlamentarios, y que ahora sólo está representada a través de un pequeño grupo de diputados que desertó de la tendencia oficialista. Una mayorí­a casi absoluta ha significado la aprobación, con poco o ningún cuestionamiento, de todas las leyes y proyectos propuestos por el Ejecutivo.

Sin embargo, hay quien piensa que todaví­a está por verse si la oposición aprendió la lección de 2008, cuando la división, traducida en la presentación de varios candidatos a un mismo cargo, le costó la pérdida de al menos 75 alcaldí­as.

«Es rescatable que hayan logrado consenso para unas candidaturas únicas, un concepto similar a la Concertación chilena», le dijo a BBC Mundo el especialista en temas electorales y periodista Eugenio Martí­nez.

«Sin embargo, creo que algunos mecanismos responden a los intereses propios de las organizaciones polí­ticas, más que a un verdadero intento polí­tico electoral de lograr mayorí­a», añadió.

«Hay que decir que se trata de un grupo muy grande, de muchas organizaciones, muchos partidos. Hasta ahora las señales son positivas», opinó por su parte el politólogo Ricardo Sucre.

Martí­nez señala que algunos de los aspirantes a someterse a primarias están en áreas en las que la oposición ha perdido históricamente, por lo que representan una pérdida de esfuerzo y tiempo. En cambio, algunas zonas muy disputadas fueron dejadas a la negociación entre partidos, lo cual no da garantí­as de acuerdo unitario.

Además, el método del consenso deja en el aire un interrogante acerca de si los jefes de los partidos tradicionales darán la oportunidad a nuevos rostros o se aferrarán a sus amistades y cuotas. Esto podrí­a satisfacer a los votantes de lí­nea dura, pero lograr muy poco en el campo de los llamados «ni ni» (ni con el gobierno ni con la oposición) o el oficialismo «light».

Todos son elementos que operan como fuerzas centrí­fugas frente a una necesidad de unidad acentuada por una modificación electoral introducida el año pasado, que favorece la representación de las mayorí­as. Según coinciden todas las partes, el primer asomo de división podrí­a poner en riesgo la primera oportunidad de recuperar la voz y el voto en el legislativo.

«Es imperioso que vayan en bloques, porque si no el sistema los penaliza», advierte Eugenio Martí­nez.

Sin embargo, Ricardo Sucre tiene motivos para ser optimista: «Yo creo que se dio un paso importante (…) Habrá crí­ticas, habrá comentarios, pero fue producto de una discusión, en la que no se han exteriorizado grandes rupturas ni discrepancias», dijo.