Chinchilla gobernará sin mayorí­a legislativa


La presidenta electa de Costa Rica, Laura Chinchilla, no contará con mayorí­a simple en el Congreso, por lo que deberá recurrir a alianzas con sectores de la oposición para impulsar su programa de gobierno, según proyecciones hechas con más del 90% de los votos emitidos en los comicios del domingo.


El Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata) de Chinchilla, obtendrí­a 23 diputados -según las últimas estimaciones-, dos menos de los que tiene en el actual Congreso, con lo cual quedará algo lejos de la mayorí­a simple que se constituye con 29 de los 57 escaños del Parlamento.

La primera mujer que ocupará la Presidencia en la historia de Costa Rica obtuvo una contundente victoria en los comicios del domingo con el 46,7% de los votos, aventajando con más de 20 puntos porcentuales a su inmediato seguidor, Ottón Solí­s, del Partido Acción Ciudadana (PAC).

Sin embargo, en las papeletas para diputados el PLN conseguí­a apenas 38%, lo que señala un quiebre del voto en favor de agrupaciones polí­ticas minoritarias.

«Es una victoria aplastante que, sin embargo, refuerza una tendencia que se ha venido dando (en Costa Rica) en cuanto a la composición de la Asamblea Legislativa, de pasar de un régimen bipartidista a un régimen multipartidista», dijo a la AFP el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) para Costa Rica, Jorge Mora.

El economista y ex ministro de Planificación Helio Fallas dijo que «uno esperarí­a que el futuro gobierno se comporte de la misma forma que el actual» y que impulse sus iniciativas mediante «una alianza con el Movimiento Libertario y la Unidad Socialcristiana (ambos de derecha)», que en conjunto tendrán 15 diputados en el nuevo Congreso.

La presidenta electa declaró al Canal 7 de televisión que «con independencia de con cuántos diputados quedemos, el diálogo tiene que convertirse en el instrumento permanente para el ejercicio del poder».

En su primer discurso como presidenta electa Chinchilla delineó la noche del domingo sus principales retos: combatir la inseguridad y el narcotráfico -que según ella amenaza con «librar la última batalla» en Centroamérica tras la violencia que ha desatado en México y Colombia- y profundizar el estado de bienestar implantado hace 60 años.

Asimismo, se comprometió con la defensa del medio ambiente y prometió convertir a Costa Rica en el «primer paí­s desarrollado» de la región.

A aquellos que la habí­an critacado durante la campaña electoral de ser una marioneta del actual presidente Oscar Arias y de su hermano, ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias, prometió «independencia» y transparencia en su gobierno.

Sus principales oponentes, Ottón Solí­s del Partido Acción Ciudadana (PAC) y Otto Guevara del Movimiento Libertario, admitieron sus derrotas y felicitaron a la candidata poco después de que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) diera los primeros resultados parciales de los comicios, que registraron una abstención del 30,79%.

Tras marcar distancia con las tendencias feministas durante su campaña, la presidenta electa también tuvo palabras de agradecimiento para las mujeres que «continúan superando las barreras y haciendo más grande a Costa Rica» y para sus dos contrincantes en la campaña.

Según su partido, parte de la victoria se la debe a las mujeres, que la apoyaron casi un 10% más que los hombres.

Quizá por eso anunció que espera conformar un gabinete con tantos hombres como mujeres.

Con una licenciatura en Ciencias Polí­ticas y una maestrí­a en Administración Pública por la universidad estadounidense de Georgetown, Chinchilla llega a la presidencia con una gran experiencia en la función pública, donde ha sido ministra de Seguridad y Justicia, vicepresidenta y diputada.

Presidenta Grandes esperanzas


La presidenta electa de Costa Rica, Laura Chinchilla, pertenece a la misma formación del mandatario actual í“scar Arias, del Partido de Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata), pero su mensaje dialogante y conciliador unido al hecho de ser mujer ha creado grandes esperanzas entre los costarricenses.

En su primer discurso, tras hacerse pública su aplastante victoria -suma tantos votos como sus dos principales adversarios juntos-, marcó las diferencias con el gobierno de su mentor, el premio Nobel de la Paz, í“scar Arias, al que sucederá el próximo 8 de mayo en la casa presidencial de Zapote, prometiendo «diálogo» y «transparencia».

«El diálogo tiene que convertirse en instrumento permanente para el ejercicio del poder», reiteró este lunes en el Canal 7 de televisión Chinchilla, una elegante y menuda mujer de 50 años.

Este «estilo» que de ella se espera en el ejercicio del poder contrastará con el del actual gobierno, señala el politólogo Alberto Cortés, muy crí­tico con el ejecutivo de Arias.

El ambiente festivo que se respiró el domingo, pero sobre todo cuando se conoció su triunfo ya avanzada la noche, muestra las altas expectativas que ha generado su victoria en una población deseosa de soluciones a sus problemas más acuciantes.

Como las listas de espera en el seguro social, el incremento de la delincuencia que mata -sobre todo a los jóvenes- por robar un celular y la penetración del narcotráfico, las madres que no saben qué hacer con sus hijos pequeños cuando tienen que ir a trabajar, o con los mayores, los empresarios que pierden meses de su tiempo en la llamada tramitologí­a, una burocracia paralizante.

O las infraestructuras viales obsoletas, peligrosas y saturadas o los puertos que se han convertido en el principal cuello de botella para los dinámicos exportadores.

Hartos también de la polarización que creó el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica con Estados Unidos en esta legislatura, los costarricenses han apostado por su oferta de diálogo, pero no le han dado un cheque en blanco a esta especialista en seguridad, que ha fungido como ministra del ramo y de Justicia y fue vicepresidenta del actual gobierno.

A pesar de que el PLN seguirá siendo la principal fuerza en la nueva Asamblea Legislativa, sólo contará con unos 23 de los 57 diputados, a falta de resultados definitivos, por lo que dependerá de alianzas para sacar sus proyectos adelante en un Parlamento donde un solo diputado puede bloquear un proyecto aprobado por la mayorí­a.

«Esto significa que el impulso de algunos de los principales proyectos de la presidenta pasarán por un proceso de negociación intenso con fuerzas polí­ticas diversas», aseguró a la AFP el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) para Costa Rica, el sociólogo Jorge Mora.

No obstante, el resultado obtenido el domingo es «muy satisfactorio» para la presidenta electa, para sus propuestas y para ella como candidata, que le genera una buena base para negociar con esas fuerzas polí­ticas», reconoce Mora.

La trayectoria profesional y el «sello personal» de la primera mujer que llega a la presidencia de Costa Rica pueden ser vitales para colmar las aspiraciones de los costarricenses, los más desarrollados y mejor parados de Centroamérica, una región lastrada por la violencia y las desigualdades, dice Juan Marí­a González, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica.

«El paí­s tiene cada vez más conciencia de que tiene el desarrollo a su alcance, el salto hacia un paí­s desarrollado, eso hace que las expectativas sean mayores y las demandas mayores», confesó González a la AFP.

«Lo único que se necesita es un buen gobierno para llevarlo a cabo», un reto que espera, por el futuro del paí­s, pueda cumplir la presidenta electa.