El daño causado por su asesinato a las familias que conforman el círculo familiar completo del abogado Rodrigo Rosenberg es muy amplio y de impacto global. El suicidio o inmolación del abogado en aras de delirios que tenía en su alma, seguramente quedó grabado con hierro candente en los espíritus y las mentes de su familia más cercana: Sus hijitos, su esposa, su hermano y sus padres -si aún vivieran. La edad del abogado Rosenberg inclina a creer, con bastante certeza, que al menos uno de sus padres podría estar vivo, si no los dos.
El abogado se aseguró totalmente de que su muerte causara el mayor impacto posible, al contratar a una persona para que grabara el video que dio la vuelta al mundo en un santiamén y a la persona que distribuiría las copias a todos los medios de comunicación posibles, a sabiendas de que si el video involucraba en su asesinato al Presidente de Guatemala, a su esposa y funcionarios de Gobierno, su inmediata difusión estaba asegurada, tanto así como también quedaba totalmente asegurado el rencor y la polarización que muchos medios inyectarían a la población y la reacción de ésta.
Obviamente se dispararon los segmentos más conservadores del país y, sin miramiento alguno, utilizaron a sus propias juventudes vestidas con camisas y blusas blancas para manifestar «pacíficamente» la petición de la renuncia del Presidente Constitucional de la República. Estos movimientos, que en momentos tomaron características belicosas, azuzaron a los medios de comunicación y viceversa, al grado de que pudo verse la punta del iceberg que representa la intención, el poder y la fuerza de los segmentos conservadores más recalcitrantes del país.
No se hizo esperar la reacción de los segmentos más pobres de Guatemala en su apoyo al Presidente de la República, así como el sólido apoyo de los gobiernos de la comunidad mundial a la misma causa, en defensa de la soberanía de los pueblos del mundo, de los pueblos latinoamericanos y, especialmente en este contexto, la defensa de la soberanía de Guatemala.
El asesinato de Rodrigo Rosenberg destapó cloacas, tanto de la derecha como de la izquierda de Guatemala. En Guatemala cualquier persona que demuestre tener un poco de nacionalismo o sensibilidad social, es inmediatamente tildada de comunista y se le cierran las puertas. De esa manera se le han cerrado las puertas a la verdadera intelectualidad y se le abren únicamente a quienes gritan a diario las bondades del capital a través de medios afines a esa idea, que son la mayoría. La dictadura de esa naturaleza, en Guatemala, es sólida y estas mismas directrices, a través de la historia contemporánea, son quienes han abierto el amplio camino a la impunidad, la cual es la base del asiento y arraigamiento del narcotráfico, la violencia, el crimen organizado, el contrabando, etcétera.
El enlodamiento internacional de Guatemala, los guatemaltecos y su gobierno, no fue precisamente debido a Internet, sino fue debido a los guatemaltecos que hicieron públicos documentos de señalamientos sin pruebas a ese nivel, en contra de su propia patria y gobierno. El descrédito internacional aumentó en enorme porcentaje contra Guatemala y sus intereses comerciales, turísticos, etc. Los ciudadanos guatemaltecos que lo realizaron con sus camisitas blancas, por lo visto, quedarán, también, en la impunidad.
El daño causado por Rodrigo Rosenberg a Guatemala y a los guatemaltecos es incuantificable, independientemente de su honorabilidad.