El factor «mujer» beneficiará a Chinchilla en elecciones


Laura Chinchilla, candidata presidencial por el gobernante Partido Liberación Nacional, bromea con un seguidor durante una visita a una institución de caridad durante su campaña presidencial. AFP PHOTO / Mayela LOPEZ

Joaquí­n Arias, un maestro de 34 años de Quepos, en el Pací­fico costarricense, tiene claro que este domingo votará en las elecciones presidenciales de Costa Rica por Laura Chinchilla, porque es mujer.


El apoyo para Chinchilla de las mujeres es 10% mayor, en comparación con los hombres. AFP PHOTO / Mayela LOPEZ

«Representa un cambio total en el manejo polí­tico de este paí­s. Con Laura creo que vamos a romper el mito», dice a la AFP tras precisar que no siempre le ha dado el voto a Liberación Nacional (PLN, centro-derecha), el partido de la candidata.

«Guste o no les guste, sea explí­cito o no, favorece una candidata mujer», sostiene el sociólogo costarricense Carlos Sojo.

En el partido también han descubierto en ello una fortaleza. «Tiene un 10% más de apoyo de mujeres que de hombres», admite René Castro, su jefe de campaña, quien reconoce que también en la forma de hacer proselitismo ha habido cambios.

Se acabaron los prolongados encuentros regados de algún licor y café después de reunirse con las bases o dar un mitin en su campaña por los pueblos del paí­s, reconoce entre risas.

Sin embargo, esta politóloga y especialista en gestión de polí­ticas públicas, de 50 años, se ha cuidado mucho de no vender un discurso feminista en la campaña, convirtiéndose en blanco de las crí­ticas de este sector.

«Es una campaña dirigida a todos los costarricenses hombres y mujeres por igual porque así­ será nuestro gobierno», dijo a la prensa el miércoles, tras admitir que siente «enorme satisfacción por el hecho de que siendo mujer, Costa Rica hoy esté reconociendo las caracterí­sticas de su liderazgo».

Para la también socióloga Silvia Lara, la discusión es si Chinchilla «representa al poder de las mujeres o es una mujer con poder». No obstante, está convencida de que si llega a la presidencia, los intereses de la mujer «serán una prioridad».

No en vano, en su programa de gobierno ha prometido fortalecer la red de cuidados para los pequeños de 0 a 6 años, adultos mayores y las jefas de hogar, que son más abundantes entre las clases más bajas.

«Sin decirlo, está haciendo una polí­tica para favorecer a la mujer», dice Lara.

La candidata, que ha sido vicepresidenta y ministra de Seguridad y de Justicia en diferentes gobiernos y diputada, reconoció que está donde está gracias a la «lucha de mujeres y hombres» por la igualdad de género.

Y al empeño del actual presidente Oscar Arias, su mentor polí­tico, quien promovió su candidatura contra viento y marea, y quien ya en su primer gobierno (1986-1990) trató infructuosamente de poner cuotas para la representación de la mujer en polí­tica.

Aunque las costarricenses consiguieron el derecho al voto el 20 de junio de 1949, no fue hasta 1953 que pudieron ser electas por primera vez. Tres mujeres llegaron entonces a la Asamblea Legislativa, siete regidoras municipales propietarias y nueve suplentes.

En la última legislatura y tras la imposición de una cuota del 40% de participación polí­tica llegaron al Parlamento 22 diputadas, casi el 39% de los 57 escaños, lo que sitúa a Costa Rica en el pelotón de cabeza de los paí­ses con mayor representación femenina.

A ello hay que sumar las 238 regidoras, el 47,6%, electas en las elecciones de 2006 y que este año pueden rozar el 50%.

El nuevo Código Electoral, que no ha podido ser aplicado en su totalidad en estas elecciones, establece que todas las delegaciones, nóminas y demás órganos pares estarán integrados por un 50% de hombres y un 50% de mujeres y en aquellos impares la diferencia entre unos y otros no podrá ser superior a uno.

«No hay ninguna manera de alcanzar eso (la paridad) si no es a través de mecanismos legales», concluye la socióloga Silvia Lara.