Exceso de publicidad


Leonidas Letona Estrada, A-1 259429

En estas últimas semanas las páginas de ciertos rotativos se dieron a la tarea de publicitar, hasta el exceso, la participación de la selección de fútbol que fue a disputar una plaza para estar presente en el próximo campeonato mundial de jóvenes menores de 20 años en Canadá.

A ocho columnas salí­an las fotografí­as de los jóvenes jugadores y las crónicas abundaban en las excelencias de los «nuevos jugadores» que según dicha prensa, son el futuro del fútbol guatemalteco.

Toda esa marea mediática creo que les descompuso la mente a esos muchachos que se las creyeron todas y que irí­an a Panamá a darle una satisfacción a la afición a ese deporte y que regresarí­an como héroes, ya que por primera vez Guatemala asistirí­a a un campeonato de esa naturaleza.

La realidad fue otra, el fútbol de Guatemala no levanta ni levantará cabeza por más que la enorme publicidad haga creer que ya tenemos nuevos elementos y que la historia pasada ya quedó atrás, quedó olvidada y que un futuro promisorio nos espera. Tanto jugadores, cuerpo técnico, cuerpo médico y cuerpo administrativo deberán poner los pies sobre la tierra y que justifiquen el alto porcentaje de dinero que constitucionalmente disfrutan cada año. Que lo inviertan en nuevos sistemas de trabajo, nuevos métodos y planes de trabajo para que, no en un futuro cercano como pretenden o desean, sino a largo plazo para que hayan elementos con mejores condiciones de vida, educación integral y enseñanzas acordes a las nuevas corrientes, deportivas mundialistas. Guatemala ha caí­do, quizá a partir del año 1996, cuando lamentamos la tragedia del Mateo Flores la cual traumatizó a la afición y jugadores, que a la postre, han formado las generaciones del porvenir.

Además la escogencia de los maestros que deban dejar positivas enseñanzas y no llevarse los dólares, que sin ningún recato la Fedefútbol les paga.

Este otro fracaso de la sub 20 sea el acicate para que entiendan que deben iniciar procesos con niños y con profesores de valí­a y no contratar a cualquier perico de los palotes para la ruleta, a lo que salga.