La agenda


Antonio Cerezo

El Coordinador del Grupo Técnico de Tributos Internos (GTTI), presenta la agenda propuesta para el desarrollo de la segunda reunión de la cuarta era del Grupo, que tiene ya buen número de representantes por paí­s, pues el tema tributario es la médula de las naciones involucradas que no quieren perder ni el producto que las administraciones obtienen por el cobro de formularios teóricamente gratuitos. Hacerlo significa reducción de sueldos, despidos, desmejora total en el sistema de vida de los funcionarios. Ni pensarlo.


El Grupo discute la agenda tomando en cuenta las nuevas directrices dadas por los presidentes del área que desean, anhelan, pasar a la historia cual próceres de la unión aduanera centroamericana. Eso sí­, le dan la importancia que merece el primer punto «inauguración», pues el representante del paí­s anfitrión se luce con el discurso inaugural resaltando objetivos, instando al trabajo arduo, al horario de diez horas que da una buena impresión a las autoridades encargadas del tema.

Alguien dice por ahí­ que es conveniente analizar en primer término, o segundo según el orden de la agenda, la vigésimo sexta versión del Artí­culo 27 del Convenio de Compatibilización de los Sistemas Tributarios, que contiene ya la revisión de las revisiones que han hecho las asesorí­as jurí­dicas con el apoyo de sus cuerpos operativos y todos están de acuerdo en que no es conveniente llegar a la nonagésima verificación, ante la premura de los presidentes por declarar «inaugurada» la unión aduanera aun sabiendo del sinnúmero de problemas que esto conlleva y que todaví­a no están resueltos.

Por otra parte, alguien pensante pide que se comunique a los jefes sobre la conveniencia de un plan operativo para aplicar la ley, pues siempre es deseable que la legislación aprobada pueda aplicarse. Sobre todo en nuestros paí­ses que tienen una buena colección de disposiciones que no se aplican por falta de este plan, o porque contravienen la Carta Magna de los paí­ses centroamericanos. En fin, después de agrias discusiones todos están de acuerdo con los loables razonamientos vertidos y deciden por unanimidad que este es sin duda el tercer punto de agenda, dada su gran importancia.

Ya van tres puntos aprobados y sólo han transcurrido dos horas, menos de una hora por punto, lo que hace sentir feliz al Grupo que siempre ha sido eficiente, pragmático para la toma de decisiones y, a instancias de un digno representante, decide incorporar como cuarto tema la integración de un grupo que trabaje en la implementación del plan de gestión mencionado, consciente de la necesidad de incrementar el número de reuniones que permita el intercambio de experiencias que se dan tanto en el plano técnico como en el social. El punto se aprueba sin rechistar, de manera unánime.

Alguien dice por ahí­ que no puede quedarse sin conocer el informe del Grupo Informático, pues después de varias reuniones ha aportado serias dudas a la discusión, no ha logrado conciliar cifras ni sugerido soluciones, pero ha elaborado bonitos cuadros en los que se demuestran los problemas existentes. Sin embargo han dicho que el cruce de información les ha indicado que cada paí­s trabaja a su manera y que tal vez, mediante la unión aduanera, esas diferencias sean menos. Uno de los representantes se impone y coloca este tema como punto quinto.

Como ningún paí­s quiere perder un solo centavo de recaudación, pues esto reduce los márgenes de ganancia para altos funcionarios, hablan de la repartición de derechos arancelarios a la importación de mercancí­as previamente nacionalizadas, que son transferidas a otro Estado de la unión aduanera, tema que sólo ha sido tratado en doce reuniones de las eras dos y tres del Grupo y en una de la cuarta, pero que ya ha tenido, para beneplácito de las autoridades, un sustancial avance del 20%.

El representante de un paí­s pide entonces dar énfasis a la interrelación de las leyes, pues no concibe legislación compatible en el área sin el previo intercambio de información que meta en el mismo tambo a transferentes y adquirentes, como si las leyes no tuvieran vida propia. Pide incluir un artí­culo relacionado con la «Condición Resolutoria», concepto por demás estrafalario, que condicione la vigencia y aplicabilidad del Convenio de Compatibilización de los Sistemas Tributarios a la vigencia del Convenio de Asistencia mutua y Cooperación Técnica, idea que pese a ser rebatida con vehemencia por algunos, finalmente es aceptada como último punto de agenda. Es el tema más importante, dice el ponente.

Seis horas más tarde, después de casi un dí­a de arduo trabajo, la agenda de la reunión queda estructurada de tal manera, que el Grupo se siente altamente satisfecho. Se incluyen en ella todos los temas recurrentes de las últimas dieciséis reuniones del Grupo, que esperan resolver en no más de nueve sesiones futuras, para cumplir con la premura de los presidentes del área por alcanzar la unión aduanera.

Tan alborozados se sienten con la consistencia de la agenda, que consideran improcedente tratar otra cosa en el tema «Otros asuntos». Sin embargo, el representante de un paí­s dice que el GTTI es un grupo serio que ve uno de los problemas más importantes de los paí­ses futuros integrantes de la unión aduanera centroamericana, y que no es posible no tratar algo en «Otros asuntos». Incluyamos cualquier mierda, dice con toda seriedad.