En el libro que escribí de que si valdría la pena haber derramado tanta sangre para mantener las libertades de los guatemaltecos, si ni las entienden y al parecer ni las aprecian, o quizás no se dan cuenta qué se logró con haber derrotado a la subversión.
Solo le pido que analice qué es lo que hace Ud. ¿Estudia? ¿Trabaja? ¿Es dueño de un negocio? ¿Le gusta viajar? ¿Le gusta leer buenos autores y escogerlos Ud. mismo? ¿Es periodista? ¿Es juez? ¿Es deportista? Etcétera. Solo analice el suyo, si hubiera podido desarrollarse plenamente y de la forma que Ud. quisiera en un Estado totalitario.
¿Había Ud. visto una guerra antes de la que se libró en Guatemala que los perdedores fueran los que ponen las reglas y condiciones y que los victoriosos vayan a la cárcel? La realidad es que es primera vez en la historia de la humanidad que los perdedores son los que gobiernan y a los ganadores se les quiere enviar a la cárcel.
Muchos le llaman guerra interna, pues ese fue el término apropiado para la guerrilla y el cual se los  acuñó la prensa para hacer creer que era una reivindicación del pueblo, cuando la realidad que todo se inició como un conflicto Este-Oeste librado por los Estados Unidos y la Unión Soviética.
A mediados de 1975 cuando Estados Unidos dejó sola a Guatemala, esta guerra dejó de ser una confrontación Este-Oeste, para pasar a convertirse en una cuestión de soberanía nacional, pues el conflicto trataba ya de anexar a Guatemala a la isla de Cuba.
Muchos ni saben de este abandono de parte de los Estados Unidos, pero este se dio por que el general Kjell Eugenio Laugerud García no aceptó que las acciones del conflicto le fueran consultadas a la embajada de ese país antes de ejecutarlas, como fue el caso de El Salvador.
Entonces ese país a través del grupo militar en Guatemala le pidió al general un listado de los repuestos que necesitaban las unidades aéreas, terrestres y navales para ponerlas en condiciones operativas, las cuales ingenuamente le fueron entregadas y estos lo que hicieron con ellas, fue distribuirlas en todo el mundo con la prohibición de venderles esos repuestos a Guatemala.
Un país europeo le notificó al Gobierno de Guatemala que los repuestos que estaban en un listado que nos enviaron no nos los podían vender, siendo el listado el mismo que había proporcionado el gobierno a los Estados Unidos.
El general Laugerud montó en cólera por esa otra traición y llamó al embajador y le pidió que saliera de Guatemala, pues él no se responsabilizaba por su seguridad por la traición que habían cometido y le dio 24 horas para salir.
Esa es la historia, y a partir de ese momento los contrabandistas de armas hicieron su agosto con Guatemala, pues todo subió al triple de su precio original. Pero nos sirvió en ese entonces, pues empezamos a volvernos mas eficientes, aunque esos sinsabores como que los desconocen las nuevas generaciones de oficiales y hoy nuevamente se le permite a esa potencia instalar una base militar en Guatemala, sin permiso del Congreso y por tres pinches helicópteros.
Y como pensamos los viejos, si fuéramos prostitutas, ni para vendernos somos buenos.