¿Incluye la reforma policial, Escuela para Oficiales de Policí­a? II de II


En Guatemala, la idea de una Escuela para Oficiales de Policí­a Nacional Civil no ha sido considerada como prioritaria porque de manera simple las personas que han dirigido la seguridad nacional no han tenido el conocimiento policial necesario para visualizar su importancia.

Fernando Mollinedo
fermo@intelnet.net.gt

Durante la década de los años noventa, muchas personas que laboraron en la Policí­a Nacional fueron designadas para asistir a diferentes cursos de adiestramiento, formación, actualización y entrenamiento policial en diferentes paí­ses del mundo, en especial Estados Unidos, Chile, México, Colombia, España y Alemania.

Pero… ¿dónde están laborando ahora? ¿qué se hizo esa inversión del Estado? ¿fue fructí­fera la inversión?, ¿hubo multiplicación de conocimientos adquiridos en el extranjero? Todas esas preguntas deberí­an tener una respuesta positiva; pero resulta que los continuos cambios de mando en la Policí­a Nacional así­ como la transición a Policí­a Nacional Civil y los diferentes ministros de Gobernación dejaron por un lado el seguimiento correspondiente a la inversión hecha en las personas que recibieron cursos, seminarios, simposios y actividades relacionadas con el trabajo policial.

Con el respeto que me merecen las personas que han dirigido la seguridad nacional, puedo decir que no estuvieron calificadas para el desempeño de visualizar la seguridad en su contexto integral; primero porque sus profesiones nunca tuvieron relación alguna con el trabajo policial; segundo porque para el ejercicio de su mando aplicaron su lógica común y no la lógica jurí­dica, técnica y policial que se debe tener para comprender el trabajo policial.

No se trata de sólo dar órdenes; se debe visualizar el campo de acción, tener un cuerpo de inteligencia integrado con personas de fiabilidad; personas analí­ticas con visión de futuro y previsión de fenómenos sociales; es decir, personas cultas y educadas para elaborar verdaderos trabajos de inteligencia; ello podrí­a lograrse, insisto, con la debida capacitación profesional de carácter policial en los rubros de INVESTIGACIí“N y de OFICIALES POLICIALES con grado universitario.

Ahora el ingreso a la Universidad es mucho más fácil que en tiempos anteriores; las facilidades son enormes y no estudia quien no quiere, por ello, después de varios intentos en la Usac y otras universidades para iniciar estudios policiales a nivel universitario, es justo y necesario que se haga el esfuerzo y se lleve a la realidad.

Cambiar o reformar la Policí­a Nacional Civil no es tarea de tres o cuatro meses; pero por lo menos, este Gobierno puede dejar sentadas las bases bien fundamentadas para que la reforma anunciada tenga un objetivo profesional y no polí­tico.