Se viene una férrea batalla que deberá librar la sociedad en cuanto a la elección del Fiscal General de la República. Las fuerzas del mal ya se reúnen para fraguar la estrategia y asegurar que la impunidad siga por unos años más.
pmarroquin@lahora.com.gt
Ayer en una reunión con grupos Pro Justicia, pero sobre todo Pro País, se lanzaba la pregunta de qué fiscal queríamos y se debatió al respecto y en la noche, platicando con un gran amigo, al que admiro y respeto más, me decía que tener el fiscal perfecto es imposible.
Y cuando uno se da cuenta que la elección de un buen fiscal es sólo un paso, pero no toda la solución para la crisis de justicia que vive el país, creo que es momento de apostarle a un Fiscal General que esté dispuesto a asumir el mando, con recursos limitados y un MP copado de las estructuras criminales y corruptas, pero decidido a sentar precedentes que hagan pensar a la gente dos veces antes de actuar.
Un estado tan Fallido como el nuestro, con el perdón del Presidente de la Corte, no tiene la capacidad de perseguir y juzgar todos los delitos y actos ilícitos que se comenten en el país. Pero sí es importante que seamos inteligentes y le apostemos a la persecución penal de casos que resulten paradigmáticos para Guatemala. Debemos generar la sensación que, a pesar que el poder punitivo del Estado no le puede llegar a todos por la forma en que se la ha minado su capacidad desde un inicio, a quien le toque la puerta no tendrá escapatoria.
Debemos revertir la sensación que los pícaros se salen con la suya. ¿Cuántos políticos corruptos caminan tranquilamente por las calles y hasta son aplaudidos o socialmente aceptados? ¿Cuántos banqueros que han defraudado a sus cuentahabientes viven nada más con el remordimiento de su conciencia, si es que tienen? ¿Cuántos sicarios alimentan a su familia a costa del dolor de otras tantas? Así pudiera enumerar infinidad de ejemplos.
A todos por igual, pero sobre todo estos tipos de conducta y los sujetos que las llevan a cabo, se le debe mandar un mensaje alto y claro: YA BASTA y quienes deben asumir ese papel es el Fiscal y nosotros como sociedad.
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Claro que para ello se necesitan herramientas porque en la investigación que pueda realizar el Fiscal no está todo, necesitamos jueces comprometidos con la causa y para ello el discurso y actuar de las actuales autoridades de la Corte debe cambiar. Sin ello no hay futuro para el país.
Los candidatos a Fiscal General, al presentar sus expedientes dirán que están comprometidos con la causa y harán hasta lo imposible por lograr los cambios que se necesitan, pero a la vez deben entender que hoy el Fiscal General es un buen hombre y jurídicamente capaz, que deja trabajar a la CICIG, pero que no manda.
El que llegué y experimente las mismas trabas internas que el Fiscal actual, no debe limitarse a terminar su periodo haciendo «lo mejor que pueda», sino que debe ser capaz de reconocer que no lo dejan trabajar, renunciar y desnudar la forma en que está copado el MP.
Debemos entender que este Fiscal de los precedentes que pretendemos se elija, deberá recoger la estafeta que dejará la CICIG y ese es un tacuche difícil de llenar. Considero que la primera parte de esta titánica tarea es lograr que elijan a un buen fiscal, pero allí no termina todo. Al contrario, si logramos eso, el camino se pondrá cien veces más duro, porque las estructuras criminales intentarán copar el Consejo del Ministerio Público, tal y como ocurre ahora. El futuro está en nuestras manos.