Al rescate de la ronda de Doha


Consensos. La representante de Comercio de EE.UU., Susan Schwab, (I) con la consejera federal de Suiza, Doris Leuthard, durante un receso en Davos.

Ministros de unos 30 paí­ses miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) tienen una cita el sábado al margen del Foro Económico de Davos (Suiza) para intentar resucitar las negociaciones de la ronda de Doha para la liberalización comercial, que se suspendieron en julio.


El director de la OMC, Pascal Lamy, quiere comprobar si las declaraciones en favor de la continuación de la ronda de los últimos dí­as son ciertas y si los paí­ses están dispuestos a hacer concesiones, por lo que no se esperan acuerdos el sábado.

Los miembros de la OMC «deben ponerse de acuerdo sobre el hecho de avanzar hacia una especie de negociación a gran escala, si es que tienen la voluntad de hacerlo», aclaró el lunes.

Ayer, la canciller alemana, Angela Merkel, pidió al inaugurar el Foro de Davos «más flexibilidad» a los paí­ses de la organización para poder «acercar posiciones» y llegar a un acuerdo.

Las negociaciones de la Ronda de Doha, que comenzaron en 2001, se suspendieron en julio debido a la incapacidad de las partes de ceder para llegar a un acuerdo de liberalización comercial.

Este acuerdo incluirí­a el recorte de los aranceles aduaneros y de las subvenciones a la agricultura de los paí­ses más ricos.

El tercer punto del acuerdo, la eliminación de los subsidios a la exportación, se acordó en diciembre de 2005 en Hong Kong, pero no serí­a efectivo sin un acuerdo global.

Estados Unidos se resiste a renunciar sustancialmente a las ayudas que brinda al sector agrí­cola, que piden sobre todo los paí­ses en desarrollo alegando que sus productos agrí­colas no pueden competir con los norteamericanos.

Por su parte, los paí­ses ricos piden a los emergentes y a los más pobres que rebajen los derechos de aduana para poder venderles más bienes industriales y exportar sus servicios.

La representante estadounidense de Comercio, Susan Schwab, reclamó ayer «reducciones consecuentes de los derechos de aduana para la agricultura, los productos manufacturados y los servicios», aunque no mencionó los subsidios agrí­colas de su paí­s.

Por su parte, los paí­ses sudamericanos, con Brasil a la cabeza, se manifestaron la semana pasada en favor de la reanudación de la ronda, pero insistieron en que son los paí­ses ricos los que deben hacer concesiones.

El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo la semana pasada que espera un avance en Davos para poder fijar «las lí­neas generales de un acuerdo aún en el primer semestre» de 2007.

Este nuevo plazo, después de cinco años de negociaciones y tres de retraso en su conclusión, se explica porque en julio expira el mandato que el Congreso estadounidense dio al presidente George W. Bush para negociar acuerdos comerciales en bloque.

Brasil lidera el grupo G-20 de paí­ses emergentes, que pide que Estados Unidos y la UE reduzcan sus subvenciones agrí­colas.

El jefe negociador europeo, el comisario Peter Mandelson, también habló de un nuevo plazo «hasta Semana Santa» para volver a intentar un acuerdo.

Pero dentro de la UE, Francia, gran beneficiado por las ayudas agrí­colas europeas, obstaculizando la acción de Mandelson, y su ministra de Comercio, Christine Lagarde, se mostró escéptica sobre la reanudación de las tratativas.