La «alta joyerí­a» despliega sus alas


Un trabajo de joyerí­a de la empresa francesa Van Cleef & Arpels. El negocio de las joyas decayó con la reciente crisis financiera y económica. FOTO LA HORA: AFP MARTIN BUREAU

Por primera vez, la Alta Costura acoge presentaciones de lo que denomina «alta joyerí­a» – hecha a la medida, por joyeros reconocidos-, un sector que ha sido también golpeado por la crisis pero que espera recuperarse gracias a las fortunas de paí­ses emergentes, como China.


En la distinguida Place Vendí´me, cinco de las joyerí­as más famosas de Parí­s – entre ellas Chaumet, Van Cleef & Arpels y Chanel – desplegaron hoy, ante simples reporteros pobretones, joyas cuyo precio alcanzaba hasta medio millón de dólares.

En Van Cleef & Arpels, fundada en 1906, el precio de un espectacular collar incrustado de pequeños diamantes y zafiros rosas, que estaba inspirado en estampas de jardines japoneses, quitó la respiración a la reportera de la AFP: 430 mil euros.

¿Quién compra esas joyas?, preguntó. «Nuestros clientes. Y nunca revelamos ni su identidad ni su paí­s de origen», contestó escuetamente una encargada de la casa.

En la joyerí­a Mellerio, fundada en 1613, la responsable de relaciones públicas reveló que una pieza única muy similar a la que mostraba – una jaula dorada, donde trinaba en una rama un hermoso pájaro fabricado con piedras como turquesa y malaquita – habí­a sido adquirida hací­a cuatro dí­as por «un comprador de Medio Oriente».

Pero, pese a que la joyerí­a aún halla compradores, en estos tiempos de crisis, las ventas han caí­do en 2009 un 12%, precisó Joí«lle de Montgolfier, directora del polo europeo Luxe y distribución, del gabinete de consejo en estrategia Bain & Company.

Pero esos números – menores que la caí­da experimentada por la relojerí­a (-20%)-, no parecen asustar a los poderosos del sector.

«Ya hemos conocido crisis en el pasado. Esta es sólo la quinta desde 1929», señaló Stanislas de Quercize, presidente de Van Cleef & Arpels, que forma parte del grupo de lujo Richemont.

«La alta joyerí­a sigue estando en la cresta de la ola, en un mundo donde el poder de compra avanza y donde una nueva población quiere acceder a las marcas» de lujo, explicó Olivier Mellerio, de la decimocuarta generación de propietarios de esta casa, que cuenta entre sus clientes a reyes y reinas europeos.

«Las marcas y las piedras son valores seguros en tiempos de crisis», subrayó Thierry Fritsch, presidente de Chaumet (casa nacido en 1780, que forma parte del grupo de lujo LVMH).

La joyerí­a representa un mercado estimado en entre 7 mil millones de dólares y 10 mil millones de dólares (entre 5 mil a 7 mil millones de euros), según las fuentes.

Pero «las marcas representan menos de un 20% de las ventas, y para algunas menos del 10%» precisó Fritsch, .

Explicó que en un sector donde hay pocos actores mundiales, los grandes nombres de la joyerí­a se sienten en situación de «conquistadores, en vez de competidores».

«Cuando Chanel o Vuitton hacen publicidad para vender su joyerí­a, eso ayuda también a Chaumet», aseguró Fritsch.

Como la exportación representa entre 50% y 80% de sus ventas, los paí­ses emergentes, y principalmente China, son objeto de todas las atenciones.

La clientela extranjera está «atraí­da por la experiencia única de la plaza Vendí´me», subrayó Mellerio, indicando que «los nuevos clientes son personas, principalmente hombres, enamorados de las piedras». Y «muchos son coleccionistas», agregó.

Paralelamente a la «alta joyerí­a», existe una un poco «menos alta y más asequible», en palabras de Joí«lle de Montgolfier.

Por ejemplo, en Van Cleef & Arpels, el precio más bajo de una pieza es de unos 400 euros. En contraste, los precios más bajos en el sector de la «alta joyerí­a» son de unos 50 mil euros.

«Â¿Y el más alto?, preguntó la AFP, en la joyerí­a Mellerio. «No hay lí­mite», contestó la encargada, con una sonrisa sólo un tanto irónica.