Líderes políticos, responsables de bancos centrales y empresarios presentes en el Foro de Davos atacaron la política cambiaria y comercial de China y cuestionaron su capacidad para frenar el recalentamiento de su economía.
Los responsables chinos enfrentan una tarea cada vez más difícil para justificar que Pekín responde a los intereses de la reactivación económica mundial al mantener al yuan a un bajo nivel frente al dólar y conservar un excedente comercial gigantesco, de 196.100 millones de USD en 2009.
Incluso el presidente francés Nicolas Sarkozy lanzó un ataque velado contra China en su discurso inaugural del Foro Económico Mundial (WEF) el miércoles, al afirmar que la continuación de los desequilibrios comerciales estaba afectando la recuperación tras la crisis.
«Los tipos de cambios son un tema central en estos desequilibrios. La inestabilidad de las tasas cambiarias y la infravaloración de algunas monedas va contra el comercio justo y la competencia honesta», dijo Sarkozy, estrella de la jornada de apertura de la cita en la exclusiva estación de esquí del este de Suiza.
El presidente del Banco Central de Kuwait, Ibrahim Dabdub, también habló de «persistentes desequilibrios externos».
«De alguna forma tenemos que frenar esta parte de los desequilibrios. Tenemos que frenar los desequilibrios entre China y Estados Unidos, y entre los exportadores de petróleo del Golfo y Estados Unidos», dijo.
El multimillonario financiero George Soros se sumó a estos pedidos para que China permita la apreciación de su moneda.
«La cuestión de la reevaluación del renminbi (nombre oficial de la moneda china) es cada vez más importante», afirmó Soros, para quien un yuan más fuerte sería «bueno para China y el resto del mundo».
Soros también manifestó su escepticismo respecto a si China podría vencer la formación de burbujas especulativas en su economía.
«El jurado está debatiendo», graficó acerca de los esfuerzos de China para contener los altos precios inmobiliarios y los créditos. Este tema será «una gran prueba para el gobierno chino», agregó.
La economía china ha estado creciendo a un paso fenomenal, del 10,9% del PIB (Producto Interior Bruto) en el cuarto trimestre de 2009, pero el aumento de los precios inmobiliarios y los títulos bursátiles ha despertado temores inflacionistas que ya han forzado a Pekín a cortar el crédito bancario para frenar el excesivo consumo.
En defensa del gigante asiático, el titular del Banco Central chino, Zhu Min, aseguró el miércoles que «es muy importante tener un yuan estable en un mercado muy volátil».
«Es bueno para China y es bueno para el mundo», indicó Zhu, para quien el dólar barato está alentando que los fondos levantados de manera masiva en esa moneda sean invertidos actualmente en gran parte en los mercados de los países en desarrollo, donde las tasas de interés son más elevadas.
Esta situación representa «un problema muy serio hoy en día, más importante que el fenómeno del «carry trade» en Japón hace 12 años», agregó, en referencia a lo ocurrido en ese país asiático, que sufrió una fuga de capitales en yenes que fueron a parar a mercados más remunerativos.
En ese sentido, un aumento de las tasas de interés estadounidenses podría provocar una caída de las monedas de los países emergentes como ya fue el caso en Asia en 1997 y 1998.