La esposa de Tiger Woods, Elin Nordegren, aún considera la posibilidad de salvar su matrimonio, después de que un accidente automovilístico en noviembre revelara todo un rosario de amantes, aventuras y adicción al sexo del golfista. Según la revista People, Nordegren visitó a Woods la semana pasada en la clínica en la que el deportista se somete a una cura de adicción al sexo de seis semanas de duración, en Misisipi. La pareja tiene dos hijos, Sam, de dos años, y Charlie, de once meses.
Woods ha dejado provisionalmente el golf, después de que la prensa del corazón de EE.UU. revelara numerosas infidelidades con modelos, camareras y actrices porno. Ya en noviembre, el golfista advirtió a su mujer de que los tabloides estaban indagando en lo que él calificó de rumores falsos, según el sitio web The Daily Beast. Este medio reveló ayer más detalles de la investigación del accidente de tráfico que desató el infierno conyugal de los Woods. A finales de mes, Nordegren descubrió una serie de mensajes comprometidos enviados a Woods por la modelo Rachel Uchitel. La esposa del golfista le envió a la supuesta amante un mensaje, haciéndose pasar por su marido, y, cuando Uchitel respondió, amorosamente, la llamó en persona. Tras tener pruebas suficientes de la aventura, despertó a su marido y lo amenazó. Woods escapó de su casa en su carro y acabó empotrándose contra un árbol.