El usuario del transporte urbano


El año 2009 fue fatal para los transportistas del servicio urbano. Muchos choferes perdieron la vida aquí­ en la ciudad capital. En eso de los asesinatos de dichos conductores también ayudantes del mismo servicio; se dieron muchas teorí­as que van de desde lo polí­tico hasta las extorsiones y maras.

Hugo Madrigal
madrigalyusuf@yahoo.com

El trasfondo de estos asesinatos -ya al principio de este año 2010 ya se dio el primer asesinato de un chofer de este servicio en la capital- no se ha averiguado, han capturado algunos sujetos que dicen son de las maras, pero a la profundidad de esto no se ha llegado, porque no puede ser que dí­a tras dí­a se dieran tantos asesinatos de choferes el año pasado. Pero también hubo usuarios del mismo que perdieron la vida en una unidad de este servicio al sufrir un ataque armado, aquí­, ya por robo.

Quienes viajan en el servicio del transporte colectivo aquí­ en la capital, se darán cuenta que se vive cada dí­a una aventura, donde el maltrato que reciben por parte de los ayudantes deja mucho qué desear. Se debiera de tener un control o por lo menos que a estas personas se les enseñara o platicara por medio de los dueños del transporte a tener un mejor trato con los usuarios que al final son quienes les dan de comer con el pago del pasaje.

La violencia da más violencia y en un paí­s como Guatemala una situación de éstas puede provocar situaciones funestas, porque dada la situación que se vive hay personas que andan buscando con quién «rematar» algún problema y además las personas no tienen que escuchar el repertorio de palabras soeces que emplea un ayudante ya sea contra una mujer, un hombre y hasta con niños y ancianos. Hemos sido testigos de cómo una persona de la tercera edad, al mostrar el carnet de gobernación, no los dejan subir o si lo hacen el ayudante está presto a no perder el precio del pasaje y lo insulta.

Es necesario que estas personas que prestan este servicio tengan o se les inculque buenas maneras de trato hacia el usuario. Si es cierto lo que dicen muchos ayudantes de que es una miseria la que les pagan, entonces deben buscar otra clase de trabajo, porque por tener esas actitudes muchos usuarios armados- en Guatemala no hay control de armas- han disparado contra algunos de ellos y esto lo mencionan los usuarios que han sido testigos del altercado entre un usuario y un ayudante. «Fí­jese que el ayudante le sacó la madre al señor y éste disparó. Y «el señor» ni sabe a dónde se fue y mucho menos quién era.

Es lamentable que esto suceda porque nadie tiene derecho de quitarle la vida a otra persona, pero los hechos provocan esta clase de calamidad. El pobre sufrido usuario también tienen que escuchar a aquéllos que se suben a vender dulces, lamentablemente el desempleo ha crecido enormemente en Guatemala por lo que muchas personas buscan cómo ganarse unos centavos y muchos lo hacen subiendo a esta clase de transporte donde ya sea a través de una plática ya practicada o con la amenaza sobre que antes fue pandillero y subí­a para asesinar, logra vender un producto que ha pasado muchas manos durante el trayecto del dí­a, pero que otra le queda, comparar el recibir una amenaza bien planificada.

Es lamentable que las personas que van a sus trabajos tengan que usar este servicio sean tan sufridos, ya que aparte es la mayor población que los utiliza y es la más pobre en la ciudad y algunos tiene que pagar hasta cuatro quetzales o más de pasaje y para colmo tener que desprenderse de una moneda que le puede servir para un pasaje.

Hay otros sujetos que dicen ser ahora cristianos y que antes eran asesinos pero que Jesucristo los cambió. Luego de dar un discurso religioso, piden dinero basándose en temas bí­blicos que en realidad no es lo que ellos dicen. Otros más estafadores, dicen que son de una institución donde el gobierno no les ayuda, y luego de dar un discurso de insultos contra el Presidente de la República, logra que unos incautos le den dinero. No señores no es justo utilizar el palabrerí­o y mucho menos el bí­blico para sacar unos centavos al usuario.

O sea que el usuario, aparte de recibir las maltratadas de los ayudantes, también tiene que escuchar y soltar, tal vez, un pasaje que tení­a que pagar en otro servicio para llegar a su trabajo o de vuelta a casa.

Ahora está de moda decirle al usuario: «si no quiere pagar más, use el Transmetro», pero eso es otra cosa, ya que dicho transporte no recorre las zonas mayoritarias del paí­s como son la 18 entre otras. Pero aun así­ el usuario no tiene que sufrir estas calamidades por parte de personas abusivas que no miden sus consecuencias y que por la misma actividad se encuentran con alguna persona que no permite la ofensa y se la cobra lamentablemente dándose un caso fatal.