El Gobierno afgano propondrá dinero y trabajo a los talibanes a cambio del abandono de las armas, dijo este viernes el presidente afgano, Hamid Karzai, al revelar las grandes líneas del plan de reconciliación que presentará el 28 de enero en la Conferencia de Londres sobre Afganistán.
Haciéndose eco a las declaraciones de Karzai, el secretario estadounidense para la Defensa, Robert Gates, declaró este viernes en Islamabad que los talibanes forman parte del «paisaje político» en Afganistán, pero que una reconciliación sólo será posible si entregan las armas y participan en las elecciones.
En respuesta a Karzai, los talibanes y uno de los principales jefes de la insurrección, Gulbuddin Hekmatyar, dijeron que «no podían comprarlos» y que, para negociar, «todas las fuerzas extranjeras» debían abandonar Afganistán.
«Si estuviéramos tentados por el dinero, habríamos aceptado lo que los norteamericanos querían antes de la invasión y estaríamos en el poder llenos de dinero», dijo a AFP un portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahid.
«No nos pueden comprar», agregó Mujahid.
«Las fuerzas extranjeras deben abandonar Afganistán. Un alto el fuego permanente debe ser decretado. Todos los prisioneros deben ser liberados», declaró a AFP, Zubair Sediqi, un portavoz de Hezb-e-Islami, el movimiento que lidera Hekmatyar, al referirse a las condiciones de negociación.
En la Conferencia de Londres estarán presentes todos los protagonistas del conflicto, salvo los talibanes, para discutir sobre el futuro de Afganistán, donde la insurrección es cada vez más intensa y no cesa de ganar terreno.
Karzai dijo a la BBC que iba a utilizar la ayuda internacional para financiar la reintegración de los ex combatientes y pagarles un salario.
Aquellos que «vuelvan a la vida civil serán ayudados a encontrar un trabajo, a tener protección y a reinstalarse en la comunidad», dijo Karzai, que agregó que el plan contaba con el apoyo de Estados Unidos.
«El pueblo afgano necesita paz a toda costa», agregó Karzai, que descartó del plan a los talibanes más duros y a los miembros de Al Qaeda.
Con Estados Unidos «hablamos del problema de la reconciliación desde hace mucho tiempo. Y ahora apoyan el plan», dijo Karzai.
Estados Unidos quiere golpear el financiamiento de la insurrección y favorecer «la reintegración de los talibanes que se apartan de la red».
«Lo admitimos, en esta etapa, los talibanes forman parte del paisaje político de Afganistán», declaró Gates en Islamabad.
«La cuestión es saber si ellos están dispuestos a desempeñar un papel legítimo en el proceso político en curso, es decir participar en las elecciones, dejar de asesinar a los responsables de las autoridades locales y de matar familias», precisó.
En el pasado, Karzai invitó a los talibanes a negociar y a entregar las armas, incluyendo a su jefe supremo el Mulá Omar, y que estaba dispuesto a ofrecerles cargos en el gobierno.
Los jefes talibanes, encabezados por Mulá Omar, afirmaron siempre que no negociarán jamás mientras haya tropas extranjeras presentes en Afganistán.
A comienzos de la semana, Gates había dicho que le parecía poco probable que los jefes talibanes acepten reconciliarse con el Gobierno de Karzai.
«La reintegración concierne a los talibanes de rango inferior, que en su mayoría combaten por dinero», había declarado Gates.
«Si podemos ofrecerles un trabajo y seguridad para sus familias, pensamos que algunos de ellos pueden ser reintegrados», había agregado Gates.
En los últimos tres años, los talibanes han ganado terreno a pesar del aumento de las tropas extranjeras que suman 113.000 efectivos, entre ellos 71.000 norteamericanos.